Hay muchas pequeñas acciones que podemos hacer para reducir lo que gastamos cada semana en la compra de alimentos en el supermercado.
Desde dejar de comprar algunas cosas que en realidad no necesitamos, hasta mejorar la previsión de cuándo vamos a comer todo lo que compramos.
Con estos consejos sobre cómo ahorrar en la compra semanal no solo vamos a reducir el gasto en alimentos (y así evitar la famosa excusa de “Es que comer sano es demasiado caro”). También evitaremos acabar tirando comida a la basura. Porque ya sabéis que en los hogares es donde se desperdicia la mayor cantidad de comida. Y todo se debe a la falta de organización.
Los trucos que encontraréis a continuación son muy simples y, la mayoría, de sentido común, pero creemos que hace falta recordarlo y, si os ayudan, nosotras estaremos encantadas.
Cómo ahorrar en la compra semanal: trucos y consejos
1. La lista de la compra es imprescindible
Lo sé, es el consejo que más veces hemos repetido y que seguramente más habréis oído. Pero, de verdad, es lo más importante. Si no tenemos claro lo que necesitamos, vamos a ir dando vueltas por el supermercado.
La mayoría de las veces que vamos al supermercado sin lista, porque nos convencemos a nosotros mismos de que lo tenemos todo en nuestra cabeza, nos pasan algunas de estas cosas:
acabamos comprando cosas que ya teníamos en casa
nos olvidamos de comprar algo que necesitábamos
compramos alimentos que no sabemos cómo ni cuándo vamos a consumir
¿Os suena, verdad? Pues ya sabéis que tenéis que hacer a partir de ahora: siempre con lista de la compra.
Per ojo, esta lista de la compra no debería salir de la nada. No se trata de sentarnos delante de un papel y un boli y empezar a escribir. La manera óptima de preparar esta lista es:
Preparar tu planificación semanal de comida saludable
Apuntar todos los ingredientes que vamos a necesitar
Revisar todo lo que tenemos en la nevera, el congelador y la despensa
Tachar todo aquello que ya tenemos y comprar sólo los ingredientes que nos faltan.
2. Cuánto más cocinas, más ahorras
Hay que cocinar en casa. Cuantos más productos preparados y procesados compres, más caro te va a salir.
Si no tienes tiempo, siempre puedes optar por recetas y preparaciones más sencillas, o aprovechar el fin de semana para hacer batch cooking. Y si sois varios en casa, podéis repartiros los días de la semana. Pero comprar la comida precocinada te va a salir más caro, por no hablar de que seguramente no será la opción más saludable.
3. Sé realista
Se realista cuando hagas la previsión de lo que vas a necesitar. Si sueles comer fuera de casa algún día o en diversas ocasiones durante la semana, eso debe tenerse en cuenta.
Muchas veces hacemos la lista de la compra pensando que vamos a cocinar recetas diferentes para la comida y la cena, durante los 7 días de la semana.
Eso, para la mayoría de humanos, suele ser prácticamente imposible. Algunos días simplemente no te va a apetecer cocinar, y vas a tirar de sobras. O prepararás algo más sencillo de lo que tenías pensado, usando menos ingredientes. O incluso pedirás comida a domicilio o saldrás a picar algo.
No pasa nada, es totalmente normal. Pero nuestro consejo es que lo tengas en cuenta antes de hacer toda tu planificación.
4. Para beber: agua
Parece muy fácil. Pero la realidad es que muchísima gente compra una gran variedad de bebidas, refrescos…
Si los consumes, intenta reducir la compra de bebidas como Coca-cola, cervezas, Aquarius, zumos, batidos, etc.
Habrá opciones más saludables que otras, pero hay una cosa que está clara: no hay nada tan saludable ni necesaria como el agua. Y parece que no, pero puede ayudarte a ahorrar.
5. No te pasees por el supermercado
Este punto va muy relacionado con el primero. Si tienes la lista de la compra hecha, es mucho más fácil que vayas con un objetivo claro y solo te dediques a encontrar lo que de verdad necesitas.
Aún así, teniendo la lista de la compra en la mano, hay gente que se recorre todos los pasillos del supermercado. Absolutamente todos, por si acaso.
Si no necesitas nada del pasillo de las galletas y la bollería, no pases. Si lo miras todo, es muy probable que acabes comprando más de lo que debes.
6. No te fijes en los carritos de los demás
Quizá a ti no te pasa, pero esta situación es bastante común:
Estás ya haciendo cola o yendo hacia las cajas para pagar tu compra e irte. De repente, te fijas en el carrito de la persona de al lado y empiezas a ver cosas que tú no has comprado. Te entra la duda de si deberías cogerlo, porque a lo mejor te hace falta, porque está de oferta, etc.
Nuestro consejo es que antes de ir corriendo a coger cosas en el último momento, piensa. Si no estaba en tu lista, y tu lista estaba bien hecha y planificada, es muy posible que no lo necesites, ¿verdad?
ten un presupuesto para la compra. si no sabes qué estás gastando actualmente en comida, a partir de ahora apunta el valor de tus compras semanales.
7. Tienes que saber lo que gastas
Deberías tener un presupuesto para la compra, un valor de referencia. Si ahora mismo no sabes qué sueles gastar en la compra semanal, a partir de ahora, apunta el valor de tus compras semanales. Cuando hayas hecho este ejercicio durante varias semanas, podrás sacar un valor promedio. A partir de entonces, podrás comparar lo que gastas cada semana con ese valor. Si gastas menos, investiga por qué, y haz lo mismo si gastas más. Quizá detectes algunos elementos que te hacen gastar más o descubras algún truco para ahorrar.
Otro tip que también funciona es, con la lista de la compra ya preparada, hacer una estimación de vas a gastar con lo que necesitas. Cuando vuelvas de la compra, fíjate en lo que has gastado en realidad, y qué es lo que ha causado la diferencia (si efectivamente has gastado de más).
8. Cuestiona los precios de los alimentos
Deberías tener una idea de lo que valen los alimentos. Si tenemos un valor de referencia, será mucho más fácil que detectes si te están intentando cobrar demasiado por un producto en concreto.
Por ejemplo: si no tienes ni idea de lo que cuestan normalmente un kilogramo de naranjas, es muy probable que las compres independientemente del precio que tengan. Y puede que estés pagando un precio demasiado alto, ya sea porque no están de temporada o por otro motivo. Si eres capaz de saber, más o menos, lo que debería costar un kilogramo de naranjas, cuando detectes un precio muy superior, simplemente no vas a comprarlas, o vas a ir a buscarlas a otro sitio.
Esta comparación es más fácil si compras en supermercados diferentes, ya que tienes más referencias y puedes sacar rápidamente conclusiones sobre en qué supermercado un alimento en concreto es más económico.
9. De temporada, mejor
Sabemos que os repetimos esta frase muy a menudo, pero vamos a insistir: Compra productos de temporada.
Aunque veas en el supermercado frutas y verduras muy variadas, y con buen aspecto, es muy importante que tengas claro si están de temporada o no. Su precio probablemente será mucho mayor del normal si se encuentran fuera de temporada.
Además, como es muy posible que esa fruta o verdura sea importada del otro lado del mundo, comprarla tiene implicaciones medioambientales bastante negativas.
10. Visita más a menudo la frutería o verdulería de tu barrio
Sabemos que no todo el mundo tiene tiempo de ir al mercado, o a la frutería o verdulería de su barrio. Es mucho más cómodo comprarlo todo en el supermercado, y tenerlo todo listo en un único viaje.
Pero si puedes, el mejor consejo que os podemos dar es que no compréis la fruta y la verdura en el supermercado, sino que vayas a la frutería o verdulería más cercana.
¿Por qué? Allí será mucho más fácil encontrar solo productos de temporada y, además, los precios suelen ser mucho más asequibles.
11. Compra a granel
Siempre que puedas, compra a granel. De esta manera puedes controlar la cantidad que compras y coger solo lo que necesitas. Evitarás tirar comida, y además ahorrarás espacio en tu cocina (que no suele sobrar, precisamente).
12. Los congelados son tus amigos
Aunque mucha gente les tiene miedo, los alimentos congelados (sobre todo frutas y verduras) pueden ser tus aliados. Son una alternativa perfectamente saludable a los productos frescos.
Las principales ventajas que tienen es que suelen ser más económicos. Pero además, no tendrás que consumirlos enseguida, así que no tienes que darte tanta prisa para acabártelos antes de que se echen a perder.
Por ejemplo, nosotras casi siempre compramos los frutos rojos congelados. Nos gustan mucho y son un tipo de fruta con un precio bastante elevado y de poca duración, así que es una alternativa perfecta.
¡Ah! Y tú también puedes congelar en tu casa. De hecho, es muy recomendable que lo hagas. ¿Y qué puedes congelar? Puedes congelar platos cocinados que te vayan sobrando, o si decides hacer más cantidad para próximas ocasiones. También puedes congelar las verduras o frutas que te sobren, antes de tener que tirarlas.
13. Sirve platos más pequeños
¿¡Qué me estás diciendo, que coma menos!?
No, nos referimos a que, a la hora de comer, sirvas platos con menos cantidad.
Nosotras, cuando cocinamos, solemos dejar la sartén, cacerola o fuente encima de la mesa. Repartimos una cantidad que sabemos que es seguro que todo el mundo se termine. Y el que quiere, repite.
¿Por qué? La respuesta es fácil. Normalmente, lo que sobra en el plato, acaba en la basura. En cambio, lo que sobra en la fuente original, sin haberse repartido, es mucho más probable que lo guardemos en un táper, lo reservemos para la cena o lo congelemos.
14. No vayas al supermercado con hambre
Esta es un clásico, pero parece lógico. Si vas al supermercado con hambre, es más probable que acabes comprando más de la cuenta y menos cosas “por si acaso”.
15. No te dejes llevar por el precio final
Calcular el precio por kg o por unidad de los productos es una muy buena costumbre.
Evitarás caer en la tentación de comprar productos que a simple vista parecen muy económicos, pero que en realidad ese precio bajo se debe a que el envase es extraordinariamente pequeño, o la cantidad que viene en ese envase es más bien escasa.
Con este tema, ocurre lo mismo que en los envases de los alimentos: No debemos fijarnos en el titular que anuncia “producto light, bajo en grasas”, sino en la letra pequeña que detalla la lista de ingredientes. En este caso sería lo mismo, pero con el precio.
16. Controla la caducidad de los alimentos que tienes en casa
Cuando hayas hecho la compra, te recomendamos que hagas una lista de todo lo que tienes en la nevera y apuntes las fechas de caducidad. Esta lista la puedes colgar en la puerta de la nevera.
Además, deberías colocar los alimentos más perecederos a primera vista y en el estante más accesible, que sea lo primero que encuentras al abrir la nevera. Evitarás tirar comida.
17. Fíjate en las fechas de caducidad al comprar
En el supermercado, fíjate en las fechas de caducidad de lo que compras. A veces, no nos damos cuenta y compramos una bolsa de espinacas frescas que caduca al día siguiente.
Si tú ya sabes (porque lo has planificado) que no vas a comer las espinacas hasta dentro de 3 o 4 días, no las compres. Busca otra bolsa que esté más escondida y tenga una fecha más lejana. Aunque lo mejor es comprar verdura más fresca en la verdulería de tu barrio.
18. Reduce el consumo de carne y pescado
Si los consumes, intenta reducir la cantidad que consumes cada semana de carne o pescado.
Es una de las soluciones más efectivas, si de verdad te interesa descubrir cómo ahorrar en la compra semanal. Puedes sustituir, unas cuantas veces a la semana, la carne o el pescado por fuentes de proteína vegetal, como las legumbres.
19. Lleva las bolsas de casa
Probablemente ya lo estés haciendo, pero no está de más recordarlo. Lleva siempre tus propias bolsas al supermercado. A veces se te pueden olvidar, pero es una tontería pagar por bolsas nuevas cada vez que compramos. Además, es una gran cantidad de plástico que podemos ahorrar.
Una buena idea es tener siempre algunas en el coche, o plegadas en el bolso (si caben).
20. Revisa el ticket
Me apuesto lo que sea a que la mayoría de vosotros prácticamente nunca ha revisado el ticket de la compra. Y más aún si es largo. Pero la realidad es que puede haber equivocaciones, más a menudo de lo que nos pensamos. Entendemos que puede dar pereza, pero si te acostumbras a revisarlo antes de dejar el supermercado, puede que te ahorres algo.
Conclusión
Hasta aquí nuestros 20 consejos sobre cómo ahorrar en la compra semanal.Obviamente, no esperamos que los pongas todos en práctica desde ya. Pero si al leer alguno te has sentido identificado y has pensado “vaya, esto lo podría hacer yo”, entonces nosotras nos damos por satisfechas.
Ahora te animamos a que nos cuentes en los comentarios cuáles son los que te han parecido más útiles. Y si se te ocurre algo que no hayamos incluido nosotras, no dudes en ponerlo allí.
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