Hay veces que no tenemos tiempo de prepararlas, o simplemente estamos cansados y no nos apetece ponernos nunca mejor dicho, con las manos en la masa.
Para esos momentos en los que una pizza casera te apetece más que cualquier cosa en el mundo, no hay nada más sencillo que precalentar el horno, abrir el congelador y encontrarte ahí la pizza lista para ser horneada.
Proponte un día de la semana, prepárate todos los ingredientes que vayas a necesitar y empieza a fabricar tus pizzas para congelar.
Para esta tarea, usaremos la receta de masa de pizza estilo Domino’s. Estiraremos las bases de las futuras pizzas (sacaremos 4 medianas por receta) y con el horno precalentado a 250º las precoceremos durante 3 o 4 minutos, sacaremos las bases y dejaremos que enfríen completamente sobre una rejilla.
Una vez que tengamos las bases totalmente frías, pondremos encima la salsa que nos guste (tomate, barbacoa…) después la mozzarella, y por último los ingredientes del relleno. Podemos montar la pizza sobre una bandeja de carton y nos será más sencillo depués taparlas con el film.
Lo siguiente que haremos será envolverlas cuidadosamente con papel fim y después en papel de plata, por último, con un rotulador escribiremos el sabor de la pizza en el papel de plata para cuando la queramos cocinar tener claro qué pizza es. Las llevaremos al congelador y procuraremos no poner cosas de peso encima.
El día que queramos una rica pizza casera, ahí estará, esperándonos en el congelador, solo tendremos que precalentar el horno a 250º y hornear la pizza como lo haríamos con una fresca. ¡¡Estará como recién hecha!!
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