Cierro los ojos y recuerdo el olor de ese día de otoño, a flores dulces y silvestres, como me embriaga a medida que vamos adentrándonos en el bosque. Las pasadas lluvias han hecho explotar en vida a numerosas especies de animales, plantas y hongos. Seguimos caminando y no dejo de observar y poner atención a cada paso que doy, buscando esos diminutos tesoros que sólo encuentran las personas que abren su mente y sus sentidos, aquellas que son conscientes de la maravilla de la vida. Los sonidos de los pájaros traen paz a mi interior y la naturaleza calma mi ser.
Adoro esas pequeñas escapadas para volver a reconectar con la naturaleza, para darme un baño de bosque (conocido como Shinrin-Yoku en japonés) para volver a mis raíces. Y, es desde ahí, desde donde intento transmitirle a Little Veggie todo nuestro amor a la naturaleza, para que en el futuro la cuide y la respete como se merece.
Hacemos un alto en el camino para descansar y observar el entorno. Saco de la mochila un bote donde he metido esta mañana unos cuantos crackers de semillas y una botella de agua. Sentados en el suelo los tres, saboreamos las delicias que nutrirán nuestros cuerpos...
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Hoy te traigo una receta sencillísima de preparar, sin gluten (ojo que la avena esté certificada) y muy nutritiva, además de deliciosa.
Es una buena alternativa a los panes o crackers que venden ya preparados, y que la mayoría llevan grasas y harinas refinadas. Son ideales para untar cualquier paté vegetal (hummus, mutabal, sobrasada vegana...), como snack o como acompañamiento de un buddha bowl o crema.
¿Te animas a prepararlos?
Crackers de semillas
INGREDIENTES (para 2 bandejas grandes)
1 taza de semillas de lino
1 taza de copos de avena integral (sin gluten)
1/3 taza de semillas de calabaza
1/2 taza de semillas de girasol
1/4 taza de semillas de sésamo
1/4 taza de semillas de amapola
2 cucharadas de semillas de chía
1 cucharadita de sal marina / Himalaya
Especias a elegir o combinar: romero, tomillo, orégano, ajo en polvo, pimienta negra...
2 cucharadas de aceite de oliva (de ppf.)
1 1/2 o 2 tazas de agua
ELABORACIÓN
Coloca todas las semillas en un bol grande y remueve. Añade la sal, las especias que más te gusten (yo le puse tomillo, romero, ajo en polvo y pimienta negra), y vuelve a mezclar.
Incorpora 1 taza y media de agua y las 2 cucharadas de aceite de oliva. Remueve bien para que las semillas de lino y de chía se humedezcan y liberen sus mucílagos (esta sustancia gelatinosa permitirá que la masa de nuestros crackers esté unida y no se deshagan).
Déjala reposar unos 10-15 minutos. Vuelve a mezclar. Si observas que se ha quedado muy seca, puedes añadir un poquito más de agua.
Sobre un papel vegetal apto para el horno, vierte la mitad de nuestra masa. Cubre con otro papel vegetal y, con la ayuda de un rodillo, ves extendiendo la masa hasta obtener un grosor uniforme de unos 0,5 cm. aprox. (la mía quedó demasiado gruesa).
Traza con la punta de un cuchillo las líneas por donde quieras, posteriormente, partir los crackers. Les puedes dar forma rectangular, triangular, rombo... Introduce en el horno precalentado a 175ºC, a media altura, unos 20 minutos aproximadamente. Pasado este tiempo, dale la vuelta para que se dore por la otra cara y hornea unos 10 minutos más (estate alerta de que no se queme).
Saca del horno y deja enfriar. Realiza los mismos pasos con la otra masa que habíamos reservado.
Una vez estén bien fríos, pártelos por las líneas que habías trazado. Guárdalos en unos recipientes herméticos de cristal y te aguantarán perfectamente unas 3 semanas.