El 23 de abril se celebra en todo el mundo el Día Internacional del Libro.
Una efeméride que las chicas de La Cocina Typical Spanish bajo el hastag #entrelibrosandaelguiso homenajean cada año invitándonos a realizar una receta que esté relacionada con algún libro.
A mi me parece una iniciativa estupenda, así que en cuanto pude, me dispuse a buscar una receta que me sirviera. Al principio estaba algo bloqueada, no se me ocurría nada. Recurrí a algunas amigas y a mi hermana para que me dieran ideas. Mi hermana que estaba leyendo el libro "Todo esto te daré" de Dolores Redondo, me dio ideas de algunos platos que aparecían en el libro, pero no me acababa de convencer, hasta que una mañana en el cole (ya sabéis que soy maestra), llegó a mi, de manera casual el libro "Charlie y la fábrica de chocolate" de Roald Dahl.
Me pareció muy curioso, el chocolate y yo mantenemos una relación muy estrecha jajaja y como al fin y al cabo es un libro, entraba dentro de las normas del reto.
Me puse a releerlo, hacía mucho tiempo que lo leí en clase con mis alumnos y no recordaba los detalles.
Roald Dahl es un escritor británico cuyas narraciones están llenas de giros divertidos e inesperados pero repletos de reflexiones. Son fábulas que invitan a pensar; viajes intemporales cuyo punto de partida siempre es el mundo de la infancia. Quizá porque Roald Dahl nunca olvidó del todo al niño que un día fue.
Muchos de sus libros han sido llevados al cine: Matilda, La maldición de las brujas, James y el melocotón gigante o la propia Charlie y la fábrica de chocolate, en varias versiones, la más actual interpretada por el genial Johnny Depp
La historia cuenta como el excéntrico Willy Wonka dueño de una fábrica de chocolate y golosinas invita a unos niños ganadores de un concurso a visitar su fábrica. El protagonista, Charlie, es un niño humilde que nada tiene que ver con los otros niños que representan un poco los defectos de la humanidad: egoísmo, soberbia, vanidad...
El paseo de los personajes por la fábrica de Willy Wonka es un recorrido sensorial cargado de colores y sabores.
Willy Wonka relata a sus invitados algunos de los productos que se elaboran en su fábrica: un helado que no se derrite, caramelos de chocolate y nuez, crema de fresas y chocolate...
Esta última me llamó la atención, las fresas y el chocolate combinan muy bien y como postre me apetecía probarlo, así que ¡adjudicada!
Como en el libro no vienen recetas, esta es un poco mezcla de otras recetas que he hecho, aunque he de decir que el resultado es francamente bueno.
INGREDIENTES:
Para la crema de fresas:
300 gr de fresas
80 gr de azúcar
20 gr de leche condensada
200 gr de queso crema tipo Philadelphia
3 hojas de gelatina neutra (hidratada previamente en agua fría)
Para el chocolate:
100 gr de chocolate negro o con leche (yo usé chocolate con leche)
100 gr de nata (crema de leche) para montar
1 cucharadita de mantequilla
1 hoja de gelatina neutra (hidratada)
PREPARACIÓN:
Nos ponemos primero con la crema de fresas triturándolas con el azúcar hasta tener un puré. Yo lo he hecho con thermomix, 10 segundos a velocidad 8-10. Añadimos el queso y la leche condensada y calentamos 6 minutos a 90º y velocidad 4. Cuando falte un minuto para acabar, escurrimos bien las hojas de gelatina y las incorporamos por el bocal de la máquina en marcha para que se mezcle bien. Vertemos la mezcla en vasitos (da como para cuatro vasitos) y dejamos que cuaje.
Cuando la crema de fresas esté cuajada (un par de horas), preparamos la cobertura de chocolate.
Trituramos el chocolate con leche 15 segundos a velocidad 7, añadimos la nata (crema de leche) y la mantequilla y calentamos 2 minutos a 50º y velocidad 3. Cuando acabe la máquina añadimos la gelatina escurrida y vertemos con cuidado sobre la mezcla de fresas. Dejamos enfriar. Este es un postre ideal para hacer el dia entes.
Trituramos las fresas con el azúcar.
Añadimos el queso y la leche condensada. Cuando falte un minuto se añaden las tres hojas de gelatina.
Vertemos la mezcla en los vasitos. Y dejamos enfriar.
Ahora le toca al chocolate, lo trituramos.
Añadimos la nata (crema de leche) y la mantequilla y calentamos. Antes de acabar agregamos la gelatina bien escurrida y removemos
Vertemos encima de la crema de fresas. Dejamos enfriar.
Adornamos con trocitos de fresas y ¡a disfrutarlo!
Tiene una textura suave, cremosa y poco empalagoso, una ricura.
Todas las recetas participantes están recogidas en este recopilatorio