El plato de postre y la cucharilla son de Zara Home y el paño de Green Gate.
Ay, que parece que os tengo olvidados. Llevo una semana sin publicar nada porque ahora tengo que ir a rehabilitación por las tardes y no me queda tiempo para hacer nada más que los ejercicios de la universidad. Además, ayer no pude por un motivo de fuerza mayor... Fui a Barcelona... a ver de nuevo a Bea Roque. Estuvo tan amable y cercana como la otra vez y aprendí mucho con sus consejos. Hizo la demostración de un bundt cake que sale en su libro y que está riquísimo.
Bueno, el lunes pasado hice algo más... tras bajarme de la estación me detuve en una tienda. No sé, escuchaba una voz, un susurro que me decía "ven, o te perseguiré toda tu vida". Y no, no era la primera vez que oía esa amenaza... Total, que entré, y la voz procedía de... el nuevo libro de cupcakes de Alma Obregón. No me pude resistir, llevaba esperándolo tanto tiempo que cuando lo vi ahí, con sus colores alegres y Alma extendiéndome unos cupcakes en una bandeja preciosa, me lo compré! Y la receta que hoy os presento forma parte del apartado "con chispa" de su libro. No es que lleven la hierba de la risa y te hagan ser "chisposo", no, es que están alcoholizados!! Sí, los hay de todos los gustos: de Cosmopolitan, ron con limón y estos de Naranja y chocolate con cointraeu. Cuando vi estos en particular, tuve la necesidad imperiosa de hacerlos y publicarlos por aquí. Los fans del chocolate estáis de enhorabuena.
La verdad es que el estómago se te queda más complacido aún que la vista, y mirad que hacen buena cara, ¿eh? Me han encantado y tengo que hacerlos más veces, que me apetece emborrachar a mis compañeros de la uni, por ejemplo.
Tengo que contaros otra cosa. Tengo otra necesidad. Si me conocieran en Inglaterra me llamarían "shopaholic" porque no puedo parar de pensar en comprar y comprar miles de cosas para que mis recetas luzcan fenomenales. Sin embargo, este capricho a largo plazo es para que mi espalda y solo mi espalda luzca fenomenal. Como decían en un mítico anuncio: "Estoy harto de tanto fregar". No se si a vosotros también os ocurre, pero a veces dejo de hacer una receta solo por pensar en todo lo que tengo que fregar después!! Sí, se que hay recetas que solo necesitan de un bol y una cuchara, pero me gusta complicarme, soy así.
Volviendo a los cupcakes, además de su sabor me encanta su presentación y sus texturas combinados. La cremosidad del "buttercream", la miga perfecta de su bizcochito ligeramente húmedo y lo crujiente de su "crujiente", valga la redundancia. Además, Alma consigue (ay, ¡qué raro!) una combinación de sabores perfecta y la lleva a un nuevo nivel. Estoy harto de las típicas decoraciones de fondant en los cupcakes. Siempre he pensado que la decoración tiene que aportar sabor y además ser una muestra de buen gusto y esta vaya si lo es.
Doy paso a la receta:
Cantidad: 12 cupcakes
Los bizcochitos
100 ml de aceite de oliva suave
2 huevos
120 gr de azúcar moreno
115 ml de nata (crema de leche) líquida (de la especial para "montar", con mínimo un 35% de m.g.)
20 ml de azúcar invertido (no es imprescindible, peor le aporta una jugosidad excepcional al bizcocho)
La ralladura de una naranja
120 gr de harina todo uso.
1 cucharadita de levadura química.
1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
1. Precalentamos el horno a 180º calor arriba y abajo*
2. Mezclamos los 6 primeros ingredientes.
3. A parte, tamizamos la harina junto a la levadura, el bicarbonato y el cacao.
4. Incorporamos los ingredientes secos a la mezcla.
5. Batimos hasta que esté todo integrado.
6. Colocamos las cápsulas de papel en un molde especial para cupcakes.
7. Depositamos la masa en las cápsulas, ayudándonos de una cuchara de helado.
*El precalentado es importante en las recetas con bicarbonato porque este empieza a actuar ya al entrar en contacto con los líquidos (y no con el calor como la levadura) ya empieza a actuar. De este modo, cuanto más tiempo dejemos reposar la masa, en el caso de que el horno no este caliente cuando la hayamos terminado, más efecto perderá el bicarbonato.
La crema
115 gr de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
410 gr de azúcar glas o superfino (icing sugar)
85 gramos de cacao en polvo sin azúcar
50 ml de leche
40 ml de cointreau
1. Colocamos en un bol la mantequilla a temperatura ambiente, cortada en dados, junto al azúcar superfino tamizado, la leche y el cointreau.
2. Batimos a velocidad mínima 1 minuto.
3. Aumentamos la velocidad y seguimos batiendo otros 5 minutos.
4. Pasamos una espátula de silicona por las paredes del bol, por si se ha quedado mantequilla o azúcar pegados y acabamos de integrar, batiendo con la misma espátula.
El crujiente de naranja
2 cucharadas de zumo de naranja
la ralladura de media naranja
70 gramos de azúcar glas
25 gr. de harina floja
1 cucharadita de mantequilla derretida
1. Batimos el zumo de naranja con la ralladura y el azúcar, para que no nos quede ningún grumo.
2. Incorporamos la harina en lluvia, sin dejar de batir.
3. Añadimos al final la mantequilla derretida y batimos un poco más.
4. Horneamos a 180º sobre un tapete de silicona o un trozo de papel de horno colocado sobre una bandeja, a media altura. El tapete ha de estar engrasado con aceite.
5. Si queremos darles una forma convexa, los colocamos doblados sobre un rodillo justo después de sacarlos del horno. Para despegarlos del tapete utilizamos una espátula.
El almíbar
60 ml de agua
60 ml de azúcar blanco
30 ml de cointreau
la ralladura de media naranja
1. Ponemos en un cazo el azúcar y el agua, a fuego medio, y removemos solo hasta que el azúcar se disuelva.
2. Dejamos calentar hasta que rompa el hervor, cuando paramos el fuego inmediatamente.
3. Dejamos enfriar un poco e incorporamos la ralladura de naranja y los 30 ml de cointreau.
Antes de decorar, al sacar los bizcochos del horno, los pinchamos con un palillo y pincelamos el almíbar.
Para la decoración en forma de rosa
1. Con una boquilla de estrella abierta, sujetad la manga en vertical y partiendo del centro del bizcochito empezad a formar una circunferencia de adentro hacia afuera en el sentido de las agujas del reloj.
2. Colocad el crujiente en el centro del cupcake y pintad con pintura metalizada comestible las ondas de la crema.
Si queréis hacer una decoración más ortodoxa, la típica montañita acabada en pico, simplemente extended la crema de afuera hacia adentro, subiendo la manga progresivamente.
Espero que os haya gustado.
Un beso y ¡hasta pronto!
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