Costillas de cerdo a la brasa
Las costillas de cerdo a la brasa es uno de los platos más deliciosos que existen sobre la faz de la tierra, claro, siempre y cuando sean preparadas de la mejor forma. Efectivamente existen muchas recetas para preparar las deliciosas costillas de cerdo, pero en esta ocasión te vamos a proporcionar una sumamente sencilla, con la que sin dudas vas a atraer a todos tus vecinos con el olor, y claro, vas a cautivar el paladar de los comensales que hayas invitado al asado, los cuales te van a preguntar desesperadamente como aderézaste esas costillas.
Hagamos costillas de cerdo
Primero que nada, al momento que vayamos a comprarlas, debemos pedir que las piquen, ya que sus huesos son demasiado duros, y vamos a destrozar por completo nuestros cuchillos.
Bien, para aderezarlas vamos a necesitar orégano, romero, ajo, vino blanco, vinagre de manzana, sal y pimienta. Lo primero que vamos a hacer es buscar un recipiente hondo con tapa donde las costillas entren sin problemas, y que pueda cerrar cómodamente. Coloca todas las costillas dentro de dicho recipiente y agrega un chorro de vinagre, no demasiado, es solo para darle aroma, y también un chorro de vino tinto, este si puede ser un poco más modesto que el de vinagre.
Luego de que esté impregnada, es hora de aplicar una cucharada de orégano, media cucharada de romero, y el ajo debidamente picado lo más pequeño que podamos, o también podría ser machacado, y luego sal en cantidad modesta, y pimienta al gusto. Es importante dejar macerar por un día entero.
Bien, luego de que tengamos nuestra brasa en el punto, es el momento de poner nuestras costillas en ella. Recuerda que estas suelen tener bastante grasa, por lo que puede que la llama se avive, de manera que debemos tener una pequeña botellita de agua (la cual de recomienda que esté impregnada con orégano y romero), para bajar la llama y que no se queme. Dejamos cocinar hasta que esté bien dorada la carne, y listo, directo al plato.