Los rabanitos: he aquí otra de esas verduras que, de creer a sus panegiristas, son una mezcla del bálsamo de Fierabrás, la panacea universal y la purga de Benito y que sirven tanto para un roto como para un descosido: desde el mayor remedio (sic) antienvejecimiento (no diré dónde escriben así) hasta, como no, prevenir y curar el cáncer. Pero es cierto que son ricos en vitamina C, magnesio, calcio y potasio, que tienen propiedades diuréticas... y que además están muy buenos. Hoy vamos a preparar con ellos una ligera, delicada y riquísima ensalada utilizando las hojas verdes de los rabanitos: su sabor ligeramente ácido y picante convierte esta sencilla receta, donde el eneldo y el cebollino añaden su toque fresco y aromático, en un acompañamiento ideal para un pescado a la plancha, por ejemplo. Por cierto, una cuestión que siempre despierta dudas es si deben pelarse. Y, como para todo, hay diversidad de opiniones. Parece que su piel acumula los pesticidas y fertilizantes químicos, por lo que en cualquier caso habría que lavarlos muy bien. Y por otro lado el color rojo de su piel se debe a la "presencia de antocianinas que forman parte de los polifenoles, y se definen como flavonoides fenólicos de los que cada día se van conociendo más propiedades interesantes". (Vea aquíun interesante artículo sobre la conveniencia de pelar o no verduras y hortalizas. Y es que lo que no se encuentre en la Red...) En fin, que a su gusto. En todo caso, elija al comprarlos los que tengan las hojas más verdes, frescas y lozanas.
Ingredientes para cuatro personas
Un manojo de rabanitos con sus hojas
Un ramillete de eneldo fresco
Unas ramitas de cebollino
Sal
Aceite de oliva
Vinagre de manzana
Separamos las hojas de los rabanitos y las lavamos muy bien al chorro suave del grifo. Dejamos escurrir y reservamos.
Lavamos igualmente los rabanitos utilizando un cepillito (un cepillo de dientes también sirve) para que queden bien limpios, los secamos (y si los vamos a pelar lo hacemos ahora). Los cortamos en láminas lo más finas posible y los reservamos.
Secamos las hojas y las cortamos en tiras.
Mezclamos en un cuenco las hojas con los rabanitos laminados y aliñamos con una vinagreta hecha con un buen aceite de oliva virgen extra y el vinagre de manzana (proporciones a su gusto, yo no soy muy amigo del vinagre, pero siga sus preferencias).
Finalmente, picamos muy fino el eneldo y el cebollino y lo añadimos a la ensalada, mezclando bien.