Hacía ya tiempo que tenía ganas de preparar una focaccia, y este fin de semana me llegó el momento ya que íbamos a celebrar el primer cumple de mi Violeta en la playa y necesitaba cosas que fuesen fáciles de transportar y comer con la mano.
Es una receta laboriosa pero nada complicada. Queda como una especie de híbrido entre pan y pizza, muy esponjosa por dentro, pero crujiente por fuera.
Ingredientes:
un sobre de levadura de panadería
una cucharadita de azúcar
300 ml de agua templada
500 gramos de harina
125 ml de aceite + un chorrito extra para los tomatitos
una cucharada de sal
un puñado de tomillo fresco
dos tazas de tomates cherry
una taza de aceitunas negras
Preparación:
En un cazo, ponemos el aceite con el tomillo y lo calentamos. Luego, lo dejamos enfriar completamente.
En un bol amplio ponemos la levadura con el azúcar y el agua templada. Mezclamos bien y dejamos reposar 10 o 15 minutos. Pasado ese tiempo, añadimos la harina, el aceite aromatizado con el tomillo y la sal y amasamos bien. Tapamos la masa con film y dejamos reposar 2 horas.
Mientras, podemos hornear los cherries en una bandeja apta para el horno con un chorrito de aceite o hacer como yo, y optar por la vía rápida: poner los tomatitos y el aceite en un recipiente apto para microondas, bien tapados y programar 2 minutos a máxima potencia. Destapar, remover y programar otros 2 minutos a máxima potencia. Ya los tenemos listos.
Estiramos la masa en una bandeja cubierta de papel de hornear, la volvemos a tapar con film y la dejamos reposar 30 minutos. Finalmente, destapamos, hacemos hoyitos por toda la masa con la punta de los dedos y en cada hoyito ponemos o un tomatito o una aceituna negra. Tendremos el horno precalentado a 220 grados y horneamos 20 minutos.
Os dejo una foto de propina con mi Saskia de fondo :)
Archivado en: Entrantes y aperitivos, Masas y panes