Whole Kitchen en su propuesta salada para el mes de Abril nos invita a preparar Focaccia.
En esta ocasión tenía personalmente un pequeño problema, ya que preparé Focaccia hace muy poco tiempo y no era plan de repetir receta, así que me he atrevido a hacer un pan Focaccia no muy... digamos ortodoxo.
250 g. de harina de fuerza
200 ml. de agua tibia
1/2 sobre (3 gramos) de levadura seca de panadería
1 cucharada de sal fina
3 cucharadas de mantequilla
Ralladura de limón
Orégano
Tomillo
En panificadora:
Introducimos los ingredientes en el orden siguiente: agua, mantequilla, sal harina y levadura. Seleccionamos el programa correspondiente a pan blanco. Cuando se hayan mezclado todos los ingredientes y falte una hora para terminar de fermentar, paramos y ponemos la ralladura de limón, el orégano, el tomillo y un poco de sal por encima. Volvemos a poner en marcha y dejamos que termine de fermentar y hornear. Sacar y servir. Si queréis podéis poner por encima también unos daditos de mantequilla.
A mano: Mezclamos 100 g. de harina con la sal y hacemos un hoyo en el centro. Agregamos el agua tibia, la mantequilla y la levadura. Añadimos poco a poco el resto de la harina y amasamos hasta obtener una masa consistente. Cuando veamos que nos cuesta amasar formamos un bollo y amasamos un poco más. La estiramos y la ponemos en una bandeja de horno, lo cubrimos con un paño y dejamos levar media hora. Hacemos unos hoyos en la superficie con el dedo y ponemos la ralladura de limón, el orégano y el tomillo (y mantequilla si queremos) y lo dejamos otra hora más. Horneamos unos 15 minutos a 200º C, hasta que esté doradito.