Esta receta de pollo está muy rica, no tiene casi grasa y si además os apasiona el curry como a mi, os va a encantar, lo único que hay que planificarse, porque el pollo debería estar en el adobo unas 24h, si está menos tiempo no pasa nada, lo único que tendrá menos sabor.
Es una forma diferente de comer pollo, y añadiendo harina al adobo lo convertís en un rebozado muy bueno. Sobre el curry, en los supermercados se encuentra en el mismo sitio de las especies, yo uso en pasta, que es el más tradicional, el bote dura bastante y tiene un sabor más autentico, hay muchas variedades, y marcas yo suelo utilizar 2: Patak´s y Aroy-D, esta receta se llama Tikka porque es la variedad de curry con la que está hecha, se puede sustituir por otra que os guste más.
Ingredientes:
150 gr alitas de pollo por persona
2 cucharadas de curry tikka
1 cucharadita de jengibre
2 clavos
cilantro
2 cucharada de aceite de girasol
50 ml de leche de coco
Limpiar bien las alitas para eliminar cualquier pluma o cánula que pueda haber, suelo pasarlas un momento por encima del fuego para cerciorarme que no queda ninguna.
En un tupper grande (que quepa todo el pollo) mezclar todos los ingredientes, primero los secos y luego los líquidos, con una barilla mezclar todo muy bien hasta que veas que no hay grumos, reboza el pollo y déjalo en el tupper, con toda la mezcla, reservar en la nevera 24h, si no tienes tanto tiempo el máximo que puedas.
Pasado el tiempo de reposo, sacar de la nevera y reservar. Encender el horno a 180º, colocar el pollo sobre una bandeja de horno y cocinar 15 min, darles la vuelta y otros 15 min. Las alitas con 25- 30 minutos están listas, doradas por fuera y jugosas.
Al hacerlas en el horno tienen menos grasa que fritas y la piel queda muy muy buena, se puede acompañar con arroz, patatas o una ensalada.
Que aproveche!!
Os dejo una foto del curry que utilicé.