La primera clase con la que nos recibieron fue Arquitectura, para muchos aburrida, para otros inutil, pero con un trasfondo súper importante en el futuro de los que decidamos en algún momento ser emprendedores de nuevos negocios gastronómicos.
La arquitectura que vemos en la escuela, obviamente no es la misma que se estudia en la universidad, no vamos a pasar horas interminables diseñando planos y haciendo cálculos de altura, profundidad, curva, peso, etc, no, no es algo tan profundo, aunque si habrán algunos cálculos y si tendremos que pasar algún tiempo pensando, porque recuerden que no están formando arquitectos pero si, cocineros que sepan como debe estar constituido el espacio de una cocina, donde debería estar ubicado el local, normas legales de construcción, normativa legal de higiene, materiales que se utilizan para construir una cocina, es decir, lograr que el alumno tenga claro en su mente un posible proyecto que quiera llevar a cabo e ir corrigiéndolo a lo largo de la materia. Y todo esto para minimizar el alto porcentaje de fracasos que se ven día a día en los negocios de comida.