Nunca dos ingredientes han dado algo tan sabroso como el membrillo. Si os parece que el comercial está bueno, que lo está, el casero es algo celestial.
Aunque
podéis comerlo solo, su acompañante ideal es el queso. En Galicia, donde el membrillo es un postre muy típico, se come normalmente con queso de Arzúa - Ulloa, un queso cremoso y buenísimo, elaborado solamente con leche de vaca gallega. Pero si no lo tenéis o no lo encontráis, con queso curado también está buenísimo. ¿Qué necesito?
1200 kr de membrillos
800 gr de azúcar blanco¿Cómo lo hago?
Lo primero es lavar los membrillos y cocerlos en una olla grande con bastante agua durante 45 minutos o hasta que al pincharlos, el palillo entre fácilmente.
Una vez bien cocidos, los quitamos del agua y los dejamos enfriar para poder pelarlos. Después los cortamos en pequeños trozos, eliminando las pepitas también y pesamos la carne, ya que el kilo de membrillos tiene que ser una vez pelados y sin el corazón.
Ahora vamos a pasar la carne de membrillo por el pasapuré o, simplemente, la batimos con la batidora.
En una olla alta, ponemos el membrillo batido y el azúcar y dejamos cocer a fuego bajo durante más o menos 1 hora y media o hasta que la mezcla esté muy espesa. Debemos revolver muy a menudo, yo lo hago cada 10 minutos para evitar que se pegue. Durante el tiempo de cocción veremos como la carne va cambiando de color, oscureciéndose, hasta alcanzar un tono rojizo oscuro.
Cuando tenga la textura adecuada, lo vertemos en moldes o en táperes para conservarlo.
Y cuando lo vayáis a comer, ¡no olvidéis un buen queso!
¿Qué más necesito saber?
Para obtener un kilo de carne de membrillo, necesitaremos más o menos 1 kg 200 gr de membrillos.
El tiempo de cocción va a depender de la temperatura a la que lo cocinéis.
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