Esta época veraniega suele ser sinónimo de descanso, de relax, de cambios en los horarios y en los hábitos diarios, sobre todo en el comer. Las calores, los días más largos invitan a abrir las puertas de nuestros fogones, de nuestras cocinas a unos platos quizás más frescos y ligeros, que nos ayudan a sobrellevar las altas temperaturas y quizás tener más tiempo libre para disfrutar y comerlos en compañía, con calma y más tranquilidad que en el resto del año.
Para aquellos que tienen la oportunidad, o casi más bien el privilegio, de tener vacaciones, en éstas fechas todo cambia; se deja atrás el estrés del trabajo, de los estudios, se van tachando del calendario los días que van pasando, borrando el presente y quedándose atrás un pasado vivido, días de sol, playa, fiestas, paseos, largas comidas familiares, encuentros con amigos que en conjunto nos dan fuerza y nos encamina sin darnos cuenta a la rutina, a la realidad de la vida diaria. Aunque algunas personas, enlazan estas fechas pensando y soñando con el espíritu navideño, señalando y contando los días en el calendario, en el clásico almanaque colgado tras la puerta de la cocina, lleno de cruces o señales indicando los días que faltan para otras deseadas o quizás necesitadas vacaciones.
En definitiva, hay que disfrutar de la cocina sea la época que sea, aunque con las “olas” de calor que nos llega en verano, que parece que nunca termina, apetecen recetas refrescantes, ensaladas, platos menos elaborados, divertidos, en ocasiones exóticos, una cocina sencilla para no estar demasiado tiempo en la cocina y vivir todo lo bueno que tiene cada estación.
Este año que en el mes de Agosto, “Mi cocina” ha estado casi cerrada por vacaciones estivales, tenía que descansar, aunque se ha ido haciendo con una despensa virtual llena de recetas y planes que poco a poco irán tomando forma, gracias a que en gran medida no he dejado de cocinar realmente.
Me falta literalmente tiempo para escribir, para preparar la receta y pasarla al blog, por lo que hasta Septiembre “Mi cocina” virtual no volverá a coger su ritmo; mientras tanto, propongo una ensalada, pletórica de sabor y color que de alegría a la mesa y a los paladares de los comensales, fácil y rápida de preparar.
¿Cómo la hice?
Cocer un huevo en agua, durante unos diez minutos (dependiendo el tiempo del tamaño). Una vez cocido, quitar la cáscara y reservarlo cortado en trozos.
Cocer habichuelas verdes cortadas en trozos pequeños en agua con un poco de sal, cuando estén tiernas, escurrir y reservar.
En otro recipiente cocer patatas, salando igualmente el agua de cocción; una vez tiernas, reservarlas, machacándolas previamente con un tenedor.
En una cacerolita, poner agua con un buen puñado de sal (al probarla debe saber a mar) y cocer langostinos.
Una vez cocidos, pelarlos y reservarlos igualmente.
Cortar pimientos babys amarillos y naranjas en rodajas.
Cortar tomates cherries por la mitad.
Trocear salmón ahumado.
Mientras preparar la salsa:
Echar en el vaso de la minipimer un huevo, un generoso chorreón de aceite de oliva virgen extra y sal al gusto, dándole máxima potencia, sosteniendo el brazo en el fondo durante uno o dos minutos, y dándole movimientos hasta que se haya mezclado bien todo el conjunto.
Agregar dos o tres cucharadas soperas de zumo de limón y mezclar bien con la ayuda de la minipimer.
Añadir eneldo picado y mezclar con la mayonesa.
Emplatar a continuación:
Colocar un molde en el centro del plato, metiendo dentro las habichuelas verdes, a continuación el puré de patatas, seguidamente atún al que previamente le hemos quitado el aceite donde se conserva.
Colocar a continuación el huevo duro y justo encima el salmón y algunos langostinos.
Alrededor del timbal, los trozos de pimientos, los tomatitos, el resto de los langostinos.
Quitar con cuidado el molde y regar generosamente con la salsa…..adornando el conjunto con una ramita de eneldo…..
¡¡ Mientras vuelvo por el blog, disfruten de estas fechas y al igual que yo, de la pasión por la vida, de los seres queridos, por la mar, la gastronomía, la lectura, la pintura…..!!
Por ello les dejo, junto con la receta éste bonito cuadro, quizás mi preferido, pintado por un magnifico pintor malagueño: mi suegro.