Si la razón de ser de este espacio era la de documentar mi vida, conocer, compartir, aprender y enseñar a otras personas que poseen los mismos intereses que yo y disfrutar de los pequeños placeres de la vida, no puede ser que termine este capitulo de mi vida bloggera con un sabor a derrota tan amargo.
Es cierto que los ánimos no están como para echar chistes y mucho de lo que me gusta ver y hacer parece banal y superficial ante tamaño desastre de país que tengo; pero he decidido no complacer a esa cosa sobrenatural que gobierna nuestros destinos y que parece gozar viendo como se desmorona un país a pedazos, desde las cosas más importantes (como la vida de pacientes con cáncer que no consiguen reactivos para sus tratamientos) hasta algo tan insignificante como un blog de recetas como el que escribo, su máxima parece ser "cómo destrozar a un país, una persona a la vez".
De manera pues que ese no será mi último post, ni mi última foto, ni mi última receta. Seguiré haciendo lo que me gusta hasta donde pueda y con lo que consiga a mano. Seguiré documentando principalmente para no olvidar las cosas que me han gustado y que vale la pena repetir, y sobre todo porque no me da la gana de acabar mi blog con una nota triste. Además, no consigo recordar la receta de la última torta que hice, me quedó rica y si la hubiera publicado en su momento, estaría comiendo un buen pedazo mientras escribo esto.