Aprendí que el origen de esta fiesta se remonta al año 1620, en que un grupo de unos cien puritanos ingleses huyó de la persecución religiosa en su país a bordo del minúsculo barco Mayflower, convirtiéndose así en los primeros colonos que llegaron a Norteamérica. La llegada al estado de Massachusetts debió de ser dura porque al cabo de un año sólo quedaban 56 de los llamados padres peregrinos; la justificación histórica a semejante debacle es que los colonos eran habitantes de ciudad y no sabían cultivar la tierra.
El caso es que cuando la situación peor estaba, los indios de la zona –los Wampanoag, en concreto- decidieron echarles una mano, dándoles semillas y enseñándoles a pescar. Un año después, la cosecha había sido tan abundante que todos juntos decidieron celebrar una cena de agradecimiento. Y ésta fue la primera vez que se celebró Acción de Gracias.
Con los años, Thanksgiving se ha convertido en la fiesta americana por excelencia. Es el único día que se junta la familia al completo -los precios de los aviones se van a las nubes- y aprovechan para dar gracias a quien ellos deseen. A Dios, por las cosas buenas que les regala, o a familia y amigos. Es una fiesta puramente familiar, sin regalos de ningún tipo -y esto ya es raro en el país del consumo– y la ocasión perfecta de dar gracias a los demás. Una fiesta preciosa; por eso la hemos adoptado. Y por eso no pienso dejar de hacer galletas para celebrar este día.
En este 2015 he hecho unas en las que he combinado algunos clásicos de Thanksgiving:
1. el pavo -repetidos del año pasado; pero al cliente lo que pida-. Para hacer estos pavos locos se necesita un cortador con forma de flor. Pero lo único realmente importante es hacer un icing durito -20 segundos- y respetar los tiempos de secado entre los distintos colores
2. el típico pumpkin pie, que hice con mi cortador con forma de pizza, coloreando en tono calabaza y luego empleando dos boquillas distintas para hacer los detalles:
la número #59 S para el borde
y la número #18 para añadir un poquito de nata (crema de leche) encima
ojo: para lograr ambos es necesario usar un icing muy espeso, casi de la consistencia de la receta
3. para las plumas utilicé icing de relleno rojo y marrón y, una vez seco, dibujé líneas muy tenues con icing verde y un pincel muy finito
4. por último, hice unos letreros para recordar lo importante que es dar gracias. Para hacerlos jugué con el efecto madera, pronto disponible en un vídeo tutorial
¡Listo el set de galletas de Acción de Gracias!
¡¡Feliz Thanksgiving a todos!! ¡¡Y gracias por estar ahí!!