Muchos de vosotros seguramente no sepa con exactitud que es esto del frosting. Básicamente, el frosting es un tipo de cobertura usada en tartas o pasteles. Sabiendo esto, se nos pueden venir a la cabeza una cantidad importante de dulces en los cuales podríamos añadir este tipo de crema: como relleno en tartas, cobertura para muffin, cupcakes o bizcochos, sobre donuts, galletas,..
Si buscáis por internet, seguramente encontréis mucha variedad de recetas, ya que los sabores y colores de estas cremas puede variar de forma increíble, así como muchas formas de hacerlo. Quizá los expertos en la materia digan que esta receta que tenéis ante vosotros no es la receta de los frosting, ya que, según el modo clásico, se preparan con azúcar y algún liquido (agua o leche) enriquecido con mantequilla, queso... Pero como de todo hay mucha variedad y formas de hacerlo, pues aquí os pongo la nuestra. Ya sabéis: cada maestrillo tiene su librillo.
Nosotros en la receta de hoy, os vamos a explicar la forma en la que nosotros preparamos el que, a nuestro modo de ver, es de los frosting mas sabrosos y de los que mas nos han gustado. Y no es el único que hemos preparado, ni la única forma de hacerlo, pero os puedo decir por experiencias propias, que otros que hemos realizado, o con otro modo de hacerlo, no nos han quedado con la textura ni el sabor de este: unos eran demasiado dulces, otros no se quedaban consistentes...Con los ingredientes y los pasos que ahora pasaremos a describir, os saldrá un frosting delicioso que podréis usar en multitud de postres o dulces, dándole a estos una presentación y un toque de sabor diferente a lo habitual.
Ya comenzamos con la receta. Una receta que no es un plato como tal, pero que os vendrá de maravilla para decorar o dar ese punto de cremosidad a vuestros dulces. A por los delantales y a cocinar!
Ingredientes (la cantidad que se obtiene es para cubrir un bizcocho grande):
50 gr de mantequilla a temperatura ambiente
125 gr de azúcar
200 gr de queso crema
Preparación:
En un bol batimos, manualmente o con las varillas eléctricas, un poco la mantequilla reblandecida. Al poco, vertemos el azúcar y continuamos batiendo.
Cuando veamos que los dos ingredientes están perfectamente integrados, echaremos el queso crema y seguimos batiendo hasta obtener una mezcla cremosa y con cuerpo.
Taparemos el bol con papel transparente y lo llevaremos al frigorífico, dejándolo unos 20-30 minutos para que se endurezca un poco. No lo tengáis demasiado tiempo en la nevera antes de utilizarlo, ya que puede quedarse demasiado duro y no podríamos tratarlo de forma fácil para decorar. Después, una vez usado, si que lo tendremos que conservar en el frigorífico al usar queso crema entre sus ingredientes.
Sacaremos y usaremos a conveniencia.
Y ahora solo queda comenzar a usarlo como deseemos y disfrutarlo, que es lo mas importante. Sencillo y fácil, ¿verdad? Esperamos que os guste!
Un saludo a tod@s y buen provecho!