Os presento las galletas que en estos momentos están haciendo furor en mi casa. No se sabe el origen de su nombre, Snickerdoodles, pero parece ser que es una receta muy antigua. Lo que me encantó es que son muy fáciles de hacer y su sabor es espectacular. Se conservan muy bien en la típica caja para galletas, aunque en mi casa una vez hechas no duran más de un par de días.
Ingredientes:
60 gr de mantequilla
150 gr de azúcar molido
1/4 de cucharadita de esencia de vainilla
1 huevo grande
240 gr de harina
3/4 de cucharadita de crémor tártaro
1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
azúcar molido
canela
Preparación:
Batimos la mantequilla, el azúcar y la esencia de vainilla. Le añadimos el huevo y mezclamos bien.
Tamizamos la harina junto con el bicarbonato, el crémor tártaro y 1/2 cucharadita de canela molida y lo agregamos a la masa en tres veces. Mezclamos bien en el bol y terminamos amasando con las manos encima de la mesa hasta que la masa no se nos pegue en los dedos. Formamos una bola y la ponemos en un cuenco, lo cubrimos con papel film y lo dejamos reposar en el frigorífico 30 minutos.
Precalentamos el horno a 170ºC y forramos sus 2 bandejas con papel de hornear. Mezclamos 2 cucharadas de azúcar glas con 2 cucharadas de canela molida en un bol. Cortamos la masa en trozos del tamaño de una nuez, formamos bolitas con las manos y las pasamos por la mezcla cubriéndolas bien.
Las colocamos en la bandeja bien separadas para que no se peguen y las horneamos 12-14 minutos.
Las dejamos enfriar en una rejilla y ya podemos disfrutar de su delicioso sabor (eso si podemos resistirnos y esperar a que se enfríen).