Cuando descubrí esta receta, lo que realmente me llamó la atención no fue el hecho de que entre sus ingredientes tuvieran cerveza, si no la textura súper hojaldrada resultante. Así que estaba claro tuve que ponerme a ello y preparar lo que quedaron unas buenísimas galletas de cerveza.
Por si lo estáis pensando, la cerveza aporta un toque de sabor mantecoso, nada de alcohol y es gracias a ella que estas galletas resultan tan quebradizas y hojaldradas. Supongo que en función del tipo de cerveza que vayamos a utilizar el sabor tendrá diferentes toques, en este caso he utilizado Estrella Galicia para su elaboración, pero me queda pendiente probarlas con algún tipo de cerveza negra, seguro que tendrá su punto.
Os animo a que os pongáis manos a la obra y preparéis en casa estas estupendas pastas de cerveza, repetiréis.
RACIONES: 60
DIFICULTAD: baja
TIEMPO: 1 hora
GALLETAS DE CERVEZA:
375 gr. HARINA TRIGO
200 gr. MANTEQUILLA
1 YEMA
5 cdas. AZÚCAR
65 gr. CERVEZA
SAL
AZÚCAR PARA LA COBERTURA
1.- Lo primero que debemos hacer es retirar la mantequilla del frigo con un tiempo de antelación al momento en que decidamos preparar las galletas. Esto es porque, para trabajarla, debe estar blandita, con textura de pomada.
En un bol batimos durante 1 o 2 minutos la mantequilla en pomada con el azúcar, hasta que quede como una crema.
2.- Añadimos la yema de huevo y la cerveza, mezclamos bien hasta que se incorporen con la mantequilla.
3.- Añadimos la sal e incorporamos la harina. Inicialmente con un tenedor, y luego con las manos, vamos integrando la harina hasta que nos quede una masa homogénea. Es recomendable manipular la masa lo mínimo posible, lo justo para que los ingredientes queden bien combinados.
4.- En este punto tenemos varias opciones. Si tenemos algún tipo de cortante para dar forma a las galletas colocamos la masa entre dos papeles de horno y la estiramos con un rodillo hasta que nos quede de un espesor entre 0,5 y 0,7 mm. Con el cortante para galletas elegido, vamos haciendo nuestras galletas y las colocamos sobre una fuente de horno. Cubrimos cada galletas con una pizca de azúcar.
No es necesario engrasar la fuente sobre la que vamos colocando las galletas, no os preocupéis, no se nos quedarán pegadas al hornearlas.
Si no disponemos de cortante podemos formar las galletas haciendo pequeñas bolitas achatadas, nos quedarán más rústicas pero igual de ricas.
5.- Con el horno previamente precalentado a 180ºC, horneamos las galletas durante 20 o 22 minutos con calor por arriba y por abajo, sin la opción de ventilador.
6.- Retiramos las galletas de la bandeja y las dejamos que se vayan enfriando sobre una rejilla.