Esta vez he usado chocolate blanco y avellana, una combinación que ya sabéis que es un auténtico éxito, pues el chocolate, incluido el blanco, combina genial con los frutos secos.
La avellana además está tostada, lo que acentúa su sabor, así que es una pasada encontrarte los trocitos por la galleta mientras la vas comiendo.
Además, al igual que en la receta de las otras galletas, podéis hacer la masa completamente a mano, mezclando primero con una espátula y después amasando a mano.
¿Tenéis lápiz y papel a mano? ¡Pues vamos allá!
GALLETAS DE CHOCOLATE BLANCO Y AVELLANA:
- Ingredientes:
- 1 huevo "L"
- 100g de mantequilla en pomada
- 100g de chocolate blanco fundido y templado
- 240g de harina de repostería
- 125g de azúcar
- 1/4 cucharadita de sal
- 1/2 cucharadita de levadura en polvo (tipo Royal)
- Avellanas tostadas en trocitos al gusto (yo he usado Xg)
- Elaboración:
- Es muy sencilla. Empezamos mezclando la mantequilla con el azúcar hasta tener una pasta uniforme (si usáis una amasadora con el accesorio de pala a baja velocidad. Si usáis una batidora de mano con los ganchos a baja velocidad. Si lo hacéis a mano con una espátula). No tardaréis demasiado, pues al estar la mantequilla en pomada se trabaja muy bien.
A continuación añadimos el huevo y la sal y los integramos. Seguimos añadiendo el chocolate blanco fundido y lo incorporamos a la masa. ¡Ya queda poco!
Añadimos la harina y la levadura en 2 ó 3 golpes, viendo que la masa la acepta bien.
Al final tendremos una masa homogénea, para nada líquida, que se puede manipular perfectamente con las manos sin que apenas se nos pegue. Vamos, una masa de galletas divina!
Ahora es el momento de añadir los trocitos de avellana e integrarlos en la masa o bien dejarlos para ponerlos encima una vez tengamos las galletas formadas.
Precalentamos el horno a 180ºC y forramos una bandeja con papel de hornear.
Hacemos bolas iguales con la masa. Para ello podéis ayudaros de una cuchara para helados o pesando la cantidad de masa que usáis para cada bola. Las vamos disponiendo sobre la bandeja que habíamos preparado a un poco de distancia unas de otras.
Ahora hay que aplastar las bolas un poco, dejándolas de no más de un dedo de grosor, para que se hagan por dentro. Es importante no dejarlas demasiado aplastadas, ya que durante el horneado las galletas se expandirán, quedando entonces demasiado planas y duras al final de la cocción.
Horneamos durante 20 minutos.
Cuando estén hechas, las sacamos y las dejamos enfriar sobre una rejilla (si, se que es complicado eso de dejarlas enfriar, pero bueno, tomadlo como una sugerencia ;-) )
Sencillas, verdad? Y bien ricas para niños y no tan niños, que nadie desprecia una buena galleta ;-)
Ya sabes que si te ha gustado o tienes dudas, puedes dejarme tu comentario y yo te responderé con mi mejor respuesta. No te de vergüenza! Que nadie nace enseñado y tampoco conozco a nadie que le salga todo a la primera.
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Hasta la próxima receta!
Abrazos