De este confinamiento seguro que saldrán muchos niños pasteleros y cocineros. Y es que después de tres meses de reclusión entre las cuatro paredes de la casa, una ya no sabía qué hacer para entretener a los niños, los grandes olvidados de la pandemia a quienes se les asignó la franja de mayor calor para salir a la calle, a quienes se prohibió relacionarse con otros críos. Total que hubo que agudizar el ingenio, inventarse historias y amasar, amasar mucho para hacer galletas como éstas, conejos que han proliferado por doquier. A papa conejo y a mamá coneja se les ha llenado la madriguera de conejitos de chocolate de largas orejas y ojillos vivarachos. Sabido es que los conejos se reproducen con rapidez y la prueba de ello la tenemos sobre la mesa.
RECETA
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INGREDIENTES
250 g de harina común
100 g de azúcar glass
40 g de cacao en polvo
130 g de mantequilla
1 huevo
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PREPARACIÓN
Mezclar en un bol la harina tamizada, el azúcar y el cacao en polvo. Añadir la mantequilla directamente de la nevera cortada en trocitos. Con la punta de los dedos mezclar hasta obtener una textura arenosa.
Añadir el huevo batido , mezclar bien. Formar una bola, tapar con film transparente y dejar unas horas en la nevera.
El secreto de estas galletas es trabajar la masa bien fría para que no se deformen. Cuando la masa esté fría extender entre dos papeles de horno con ayuda de un rodillo hasta dejar un grosor de 4 mm y meter en la nevera o unos minutos en el congelador. Si la masa está bien fría podremos cortar las galletas sin ninguna dificultad.
Las galletas que vayamos cortando las ponemos en una bandeja de horno cubierta de papel de hornear y las dejamos en la nevera hasta que tengamos todas hechas.
Con los recortes que nos vayan sobrando volver a extender y dejar enfriar de nuevo en la nevera o congelador.