Hoy traemos una receta estupenda por varios motivos. Desde que empezamos a preparar estas galletas hasta que podemos comerlas no pasa ni una hora, lo que quiere decir que esta receta es perfecta, porque es sencilla, rápida y muy, muy rica, sobre todo para los amantes del limón. La masa no necesita reposo, en cuanto la terminamos de preparar vamos haciendo bolitas con ella y luego una vez horneando se desparraman y se convierten en estas preciosas galletas, a las que luego le añadimos azúcar glass por encima.
INGREDIENTES:
275 gr. de harina común
100 gr. de mantequilla
160 gr. de azúcar
1 huevo
Ralladura de un limón
Zumo de 1 limón
10 gr. de levadura química
Azúcar glass para espolvorear después
PREPARACIÓN:
Precalentamos el horno a 180º. Batimos el azúcar con la mantequilla (sacaremos un par de horas antes de la nevera la mantequilla para que sea más fácil integrar con el azúcar). Añadimos el huevo batido y seguimos mezclando (podéis hacerlo con unas varillas manuales, con unas varillas eléctricas o con un robot de cocina). Rallamos la piel del limón y la añadimos y exprimimos el limón y le añadimos el zumo a la mezcla. Batimos todo.
Añadimos entonces la harina y la levadura tamizadas y mezclamos bien, nos quedar una masa pegajosa, pero fácil de manejar con las manos.
Hacemos bolitas con la masa (a mi me han salido 22), y depositamos en dos bandejas de horno, para evitar poner muchas y que se peguen en el horneado. Introducimos en el horno una primera bandeja y horneamos durante unos 15 o 18 minutos, hasta que veamos que se agrietan un poco (después haremos lo mismo con la segunda bandeja). Durante el proceso de horneado comprobaréis que pasan de ser bolitas de masa a adquirir la forma típica de galleta. Sacamos y dejamos enfriar totalmente, después espolvoreamos con azúcar glass.
Por fuera son crujientes y por dentro nos quedan esponjosas debido a la levadura que lleva la masa. Y lo mejor es ese olor y sabor a limón. En casa nos han encantado. Espero que a vosotros también os gusten.
Feliz jueves.