Pues aquí estamos. Sí, queridos, han pasado ya dos años (¡y uno de ellos bisiesto!), es decir 731 días desde que nos liamos la manta a la cabeza y decidimos empezar con esta locura maravillosa que es escribir un blog de cocina.
Y lo que nos queda, oigan, porque, al contrario de lo que pensábamos, ni se nos han acabado las recetas, ni nos hemos aburrido de escribir cada semana.
En realidad ha sido todo lo contrario, siempre pensando en nuevas ideas y platos así que, como además hemos nacido con una cabecita que no para de cavilar, ya os anunciamos que nos esperan grandes cambios en los próximos meses.
Pero por ahora vamos a celebrar como se merece nuestro segundo aniversario.
Muchísimas gracias a todos por leernos
¿Le damos a la receta de hoy?
Para celebrar tan importante ocasión, este año hemos preparado unas galletas, pero no unas galletas cualquiera sino unas de las de toda la vida: galletas de nata (crema de leche).
Yo no sé vosotros, quizá las generaciones más jóvenes no lo recuerden ya, pero mi infancia la viví acompañada de una taza en la nevera donde mi madre guardaba religiosamente la nata (crema de leche) que formaba la leche cuando se hervía. Cuando la taza estaba llena, empezaba la fiesta, y es que preparaba estas maravillosas galletas con un sabor que nos volvía locos a todos en casa. Hoy en día la leche que compramos en el super ya no forma nata (crema de leche) (drama) así que la forma más fácil de reproducir esa fantástica receta es comprar nata (crema de leche) para montar comercial. El resultado no es exactamente el mismo pero están muy buenas también y es suficiente para darnos un capricho.
En este caso además, hemos dividido la masa en dos para hacer la mitad solo con nata (crema de leche) y la otra mitad con nata (crema de leche) y chocolate.
Otra de las ventajas de hacer galletas en casa es que es muy divertido y puedes hacer que los niños participen también en la elaboración. Si esto es así con todas las galletas, imaginaos si las hacemos con forma de letras. Lo pasarán en grande. Solo os digo que nosotras, que ya peinamos alguna que otra cana (no muchas, ¿eh?), no podíamos parar de jugar con ellas y formar frases y palabras, en fin, cualquier excusa es buena para ser niños por un rato.
¿Vamos al lío?
¿Qué necesito?
400 gr de harina
200 ml de nata (crema de leche) para montar (cuanto más porcentaje de grasa tenga, mejor)
1 huevo
200 gr de azúcar
2 cucharaditas de levadura
1 cucharada de cacao en polvo
¿Cómo lo hago?
Para empezar colocamos en dos cuencos diferentes 200 gr de harina y una cucharadita de levadura. En uno de ellos además, añadiremos la cucharada de cacao en polvo. Reservamos.
Por otra parte, mezclamos en un bol el azúcar con el huevo y batimos hasta que se forme una crema espumosa y clara. Añadimos la nata (crema de leche), mezclamos bien y dividimos esta crema, a partes iguales, en dos boles.
Vamos añadiendo los ingredientes secos a cada uno de los boles y mezclando bien, primero con una espátula de madera o silicona y al final ya con las manos, hasta conseguir dos masas, una con cacao y la otra blanca, de textura bastante pegajosa.
Formamos 2 bolas, las envolvemos con papel film y las dejamos reposar como mínimo una hora en la nevera.
Precalentamos el horno a 180º
Pasado este tiempo, extendemos con el rodillo las masas en una superficie enharinada hasta que tengan un grosor de 1/2 cm más o menos y con ayuda de las formas vamos cortando las galletas y colocándolas en una bandeja de horno cubierta con papel sulfurizado.
Horneamos las galletas durante unos 8 minutos y las dejamos enfriar encima de una rejilla. No os preocupéis si os parecen muy blanquitas o blandas, adquirirán más consistencia al enfriarse.
Y eso es todo, fácil, ¿verdad?
Y aunque con la comida no se juega, con estas galletas es difícil resistirse.
¡Ah! y por cierto:
¿Qué más necesito saber?
Hemos dicho que el tiempo de horneado es de 8 minutos pero si escogéis una forma más grande como galletas redondas, seguramente tendréis que dejarlas en el horno unos 10 minutos.
La masa de con chocolate es mucho más elástica que la blanca por lo que también las galletas serán más blanditas.
Fuente: este post proviene de Vuelta y vuelta, donde puedes consultar el contenido original.
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