Estas son unas fechas en las que empezamos a pensar en qué detallito, o detallazo hacerle a nuestra pareja, algo que muestre todo lo que sentimos, que sepa que nos importa y, aunque se diga que eso tiene que ser todos los días del año (cierto), recibir un detalle no le desagrada a nadie. A mí, los detalles que más me gustan son los DIY, esos que haces tú, en tu casa o los que hace alguien por ti, pero muy casero y artesanalmente, que se vea que hay cariño puesto en él. Por eso, os traigo estas galletas.
En este post os enseñaré cómo preparar estas galletitas para que os queden ideales para regalar, puestas en una bolsita o cajita, o incluso enmarcándolas quedan bien; claro, que esto último no lo hagáis si pensáis comérosla. Aunque con lo bonitas que son, da pena hincarles el diente.
Antes de meternos en faena, os cuento un poco sobre lo que significa San Valentín. Aunque como siempre, la historia en tales tiempos no es clara, se cree que esta antigua festividad (hasta 1969 se celebraba como día festivo en el calendario litúrgico de la Iglesia Católica) fue declarada hacia el año 498 por el Papa Gelasio I. Según parece, San Valentín fue un mártir romano, del siglo III d.C., médico y sacerdote, que se dedicó a casar a los soldados en secreto ya que el emperador Claudio II había prohibido el matrimonio de sus soldados porque no lo veía compatible con la carrera de armas. Aunque, también parece ser que esta festividad tiene relación con las Lupercales, fiestas paganas que se celebraban también en febrero, y habría surgido para contrarrestarlas.
Fuente: Wikipedia
Y con esto, nos ponemos manos a la obra. Vámonos al blog de E"Cakes para ver cómo las hacemos. Pinchad aquí.