La de san Valentín es una fiesta un poco empalagosa, cursi. Hoy te quiero más que ayer, pero menos que mañana. Y si encima me haces un regaloes para quererte el doble. Contrariamente a lo que se cree esta fiesta consumista no se la inventaron los directivos de los almacenes Galerías Preciados a mediados del siglo pasado para incentivar las compras algo alicaídas después del despilfarro navideño y de la cuesta de enero, no. Viene de mucho más atrás. Concretamente del año 494 cuando el papa Gelasio I estableció la celebración de la festividad de San Valentín el 14 de febrero para contrarrestar e incluso anular la festividad pagana de las Lupercales, que se conmemoraba el 15 de febrero y que recordaba la leyenda que contaba que una loba capitolina amamantó a Rómulo y Remo, fundadores de Roma. Bueno, pues el papa en cuestión tomó a San Valentín como chivo expiatorio para hacer frente a la leyenda de la loba. ¿Y por qué a él, que había vivido en Roma en el siglo III? Pues porque el sacerdote San Valentín se dedicó a casar a los jóvenes enamorados, contraviniendo el decreto del emperador Claudio II que consideraba que los chicos solteros y sin ataduras familiares eran mejores soldados que los que tenían mujer y una retahíla de criaturas. O sea, Roma, first que diría Donald Trump de ser emperador de Roma en lugar de serlo de América. Total, que el bueno de San Valentín fue martirizado y ejecutado un 14 de febrero del año 270. Y aprovechando que se acerca el día del hoy te quiero más.. he caído en la tentación de regalarle a mi media naranja estas dulces galletas. Veis como el final me ha quedado cursi, empalagoso.
RECETA
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INGREDIENTES (para 55 galletas)
110 g de mantequilla en pomada.
110 g de azúcar glas.
1 huevo.
½ cucharadita de canela en polvo.
3 o 4 clavos machacados.
275 g de harina.
45 g de Maicena.
Una pizca de sal.
Caramelos de colores machacados (en este caso, caramelos rojos).
PREPARACIÓN
Mezclar a mano o con ayuda de un robot la mantequilla, el azúcar y la sal.
Añadir el huevo, la canela, el clavo, la harina y la Maicena. Mezclar bien hasta conseguir una textura homogénea.
Extender entre dos papeles de horno hasta conseguir un grosor de 4 mm y dejar la masa extendida en la nevera durante una hora aproximadamente.
El secreto de estas galletas está en trabajar la masa fría para que no se deformen.
Cortar con un cortapastas en forma de corazón. Los recortes de masa que queden se pueden volver a unir, extender de nuevo y meter en la nevera para poder cortarlos con facilidad.
Poner los caramelos en una bolsa de plástico y triturarlos con el mazo del mortero. Se pueden triturar con más facilidad con Thermomix.
Rellenar el centro de las galletas con los caramelos triturados con cuidado de que no rebasen para no manchar la galleta.
Meter en el horno precalentado a 170º hasta que se doren.
Sacarlas y ponerlas a enfriar sobre una rejilla.