17 de octubre....apenas dos semanas para la noche más terrorífica del año. De nuevo volvemos a sacar las telarañas, los sombreros de bruja y las calabazas. Las costumbres anglosajones se han quedado en nuestra tierra, tierra de Tenorios y buñuelos que ha sucumbido a las temibles calabazas. Ya lo he comentado, ni soy pro Halloween ni tampoco pro Todos los Santos. Sólo sigo el ritmo marcado en casa por los niños, y para ellos esta fiesta importada es ideal, y yo prefiero sacarlos disfrazados pidiendo caramelos que llevarlos al cementerio a visitar a familiares que ya no están con nosotros y que ni siquiera han conocido....ya tendrán tiempo de eso. Ya podemos ver blogs y demás páginas de Internet repletos de recetas para Halloween. Yo, otro año más colaboro con la marca Silikomart y con sus inventos para hacernos la cocina mucho más fácil. En concreto para enseñaros este molde cookie monster, compuesto de un cortapastas y un tapete de silicona con formas monstruosas.
INGREDIENTES (para unas 24 de este tamaño):
Para las galletas:
275 gr. de harina común
40 gr. de cacao en polvo
1 huevo
125 gr. de mantequilla
1 cucharadita de esencia de vainilla
110 gr. de azúcar glass
Para la cobertura:
2 tabletas de chocolate blanco de cobertura
PREPARACIÓN:
Sacamos la mantequilla y el huevo unas horas antes para que pierdan temperatura. Batimos con la amasadora, con el globo, o con la pala plana en caso de que tengáis, la mantequilla durante un minuto a baja temperatura. Añadimos poco a poco el azúcar glass tamizado y seguimos batiendo. Incorporamos el huevo ligeramente batido. Paramos la máquina y bajamos la masa de las paredes del bol y añadimos la esencia de vainilla. Añadimos poco a poco la harina y el cacao también tamizados. Seguimos batiendo hasta que la masa se haya incorporado. Sacamos la masa y le damos forma ovalada. Ponemos entre dos hojas de papel vegetal y estiramos con un rodillo, a poder ser marcador de centímetros, intentando que la masa consiga los 0,6 cm. de grosor. Metemos en el frigorífico durante al menos dos horas.
Mientras, podemos ir preparando el chocolate. Para ello vamos derritiendo el chocolate blanco a golpes de microondas o al baño María. Pincelamos las cavidades del molde con aceite de girasol o spray desmoldante y rellenamos los huecos con el chocolate derretido, procurando que no sobresalga mucho. Dejamos enfriar en el frigorífico un ratito hasta que esté duro y podamos desmoldar con facilidad. Repetimos la operación hasta completar todas las galletas.
Cuando hayan pasado las dos horas, sacamos la masa y cortamos con el cortapastas. Con la masa que nos sobre seguimos estirando y cortando. Enfriamos otro ratito y después horneamos durante unos doce minutos a 180º en el horno previamente precalentado. Sacamos y mantenemos en la bandeja un par de minutos y después sacamos y enfriamos totalmente sobre una rejilla. Cuando las galletas estén totalmente frías pegamos, con la ayuda de un pincel y un poco de chocolate derretido, la parte del chocolate a la galleta. Mantenemos dentro de una lata, dentro del frigorífico.
Si sois más atrevidos podréis tintar el chocolate con colorantes especiales para chocolate, aunque yo he optado por hacerlo más fácil, sin tinte, así podréis hacer estas galletas junto a vuestros hijos. Veréis cuánto disfrutan. El fin de semana es propicio para ello, aprovechadlo.
Feliz fin de semana.
Lidia.