El día se presentaba interesante pues íbamos a visitar el archifamoso Palacio de Knossos que se encuentra a tan solo 5 kilómetros al Sur de Iraklio, y al que se puede llegar fácilmente en autobús de linea.
Para tomar el autobús, podemos esperar en la plaza Eleftherias o directamente tomarlo en la estación de autobuses A. Allí encontraremos una caseta específica para la venta de billetes al Palacio de Knossos. No tiene pérdida.
Se tardan unos 10 o 15 minutos en llegar al palacio, dependiendo del tráfico, pues se va todo el rato por el centro de la ciudad, ¡casi no te das cuenta de que has llegado!
El PALACIO DE KNOSSOS es el más conocido de los palacios minoicos en Creta y se empezó a construir hace 5000 años.
Recreación del palacio de Knossos
Gran parte de lo que hoy vemos en pie es la interpretación y reconstrucción un poco polémica (utilizar cemento para reconstruir muros construidos en la Edad del Bronce entre otras cosas) del arqueólogo inglés Sir Arthur Evans. Por un lado, vas visitando el palacio y da la sensación de que hizo un poco de “me lo invento” conforme iba descubriendo cosas en el palacio, pero es cierto que gracias al tiempo (y el dinero) que invirtió en la excavación y reconstrucción del palacio, un visitante del siglo XXI puede ahora hacerse una idea, entender y apreciar la inmensidad del complejo palatino que una vez se alzó allí.
Desde que se comienza la excavación se relaciona el palacio con la mítica residencia del rey Minos, quien mandó a Dédalo construir un laberinto donde encerró al Minotauro, al que de tiempo en tiempo se le ofrecían sacrificios humanos. Esto se debe, entre otras cosas a la presencia constante en toda la excavación de hachas de doble filo, que se denominaban labrys y que en inglés pronto se convirtió en labyrinth: laberinto.
Lo primero que vemos al entrar al palacio son 3 grades pozos en el suelo, llamados kouloures y que se cree se usaban para almacenar grano, aunque hay teorías que le dan un uso religioso.
Kouloures
Podemos continuar hacia el Suroeste y alcanzar el pórtico Sur donde podremos contemplar los Cuernos de la Consagración que antaño decoraban toda la fachada sur y el fresco de los Coperos.
Pórtico Sur
Fresco de los Coperos
Cuernos de la Consagración
La otra opción al entrar al complejo es dirigirnos hacia el Norte hasta alcanzar la carretera real el antiguo camino que unía el palacio con la ciudad de Iraklio. Aquí podremos admirar algunos de los edificios reconstruidos del palacio y el fresco del toro rojo cargando contra un olivo.
Entrada norte
Fresco del toro rojo
Toméis el camino que toméis, finalmente llegareis al patio central, donde encontraremos el salón del trono y la sala de los frescos (aunque los frescos que allí encontraremos son copias de los originales restaurados que se encuentran en el museo arqueológico de Iraklio).
Salón del Trono
En la cara sur del patio central encontraremos el fresco del Príncipe de los Lirios, así como las ánforas gigantes y la sala de los escudos.
Fresco del Príncipe de los Lirios
Ánforas gigantes
Sala de los escudos
Quedarán aún muchos rincones por explorar en el recinto, pues se extiende por un área de 17.000m2 y cuantas más vueltas deis, más perspectivas interesantes encontrareis de lo que ya habéis visto dentro.
Llegaba por fin la hora de montarnos de nuevo en el autobús y regresar al centro de Iraklio dónde descansamos durante un rato sentándonos a comer un gyros pita y refrescándonos con unas jarras de cerveza Mythos.
Gyros pita y Mythos
Y sin mucho entretenernos..¡al museo!
El MUSEO ARQUEOLÓGICO DE IRAKLIO recoge hallazgos arqueológicos encontrados en toda la isla de Creta, no solo en el palacio de Knossos, y realmente merece una visita.
Entre otras cosas podremos ver una impresionante colección de cerámica minóica, el broche de las abejas doradas, la vasija de la cosecha, la cabeza del toro de Knossos y una interesante galería de frescos originales de los palacios minóicos. Además también se encuentra allí el disco de Festos, encontrado en el palacio del mismo nombre, y que aún no ha podido ser descifrado, y figurines religiosos como la diosa de las serpientes, con el torso al descubierto. Y por supuesto cientos de hachas de doble filo, o labrys.
Tienen 5000 años de antigüedad, ¡pero me encantan!
Abejas doradas
Vasija de la cosecha
Toro de Knossos
Fresco de delfines
Disco de Festos (no descifrado)
Diosa de las serpientes
Labrys o hacha de doble filo
El museo tiene para echarle varias horas, y a nosotros nos gustó bastante y nos pareció muy interesante. Lo único que acabamos MUY cansados después de todo el día andando en el palacio y después el museo.
La tarde la pasamos intentando alquilar un coche para el día que nos quedaba en Creta, cosa que finalmente fue imposible de hacer pues las compañías no te quieren alquilar un coche para un solo día, pues saben que si no te lo dan a ti, se lo van a alquilar a otra persona por más días, pues la demanda es altísima.
Pero sobre esto hablaremos en más profundidad en el próximo post viajero, en el que nos iremos de excursión por Creta. ¿A donde? ¡A donde podamos llegar en autobús!
¡Hasta pronto, Calderer@s viajer@s!
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