Llevaba unos días con este post en la recámara porque visto el cambio de tiempo en Valencia estas dos últimas semanas casi no me apetecía encender la heladera sino el horno. Pero este fin de semana ha hecho un calor que para qué. Otra vez en modo frío que me pongo. Que aquí en Levante el verano es muuuuuuyyyy largo. Y aunque he renegado un poco porque el calor ha sido sofocante estos meses, ahora hace una temperatura ideal para seguir disfrutando de polos y helados y al mismo tiempo volver a encender el horno.
Esta es de la cosecha de hace unos años, como veis repito todos los veranos.
Si hay un libro de helados deliciosos, con fotos preciosas y muy apetecible que he descubierto ése es Polos y helados, de Sandra Mangas, la bloguera al frente de La receta de la felicidad. Esta receta podéis encontrarla en su blog también. Aprovechando la cosecha de moras tan buena que conseguí en Viver este verano hice mermelada casera de moras silvestres que resulta ser uno de los ingredientes de esta delicia.
Lo bueno de vivir junto al campo es poder disfrutar de productos frescos, recién cogidos, naturales. Con esta materia prima sólo puede salir algo bueno. Ése día recogimos una buena cosecha de moras, setas de chopo, higos, y nos trajimos pimientos rojos, manzanas y tomates de huerta. Vamos que no se puede pedir más.
Un color absolutamente naural, sin colorantes, ni conservantes.
Vamos con la receta, ya sabéis que utilizo la heladera de Lidl. Bien es sabido que me encantan los frutos del bosque, pues las moras también tienen su momento. En agosto y septiembre recogemos un par de kilos de moras silvestres y todos los años hago mermelada casera. Lo ideal es que estén maduras pero aún firmes. Esta vez le he dado un uso diferente a las moras, me han servido de base para esta delicia de helado. Si no tenéis mermelada casera de moras podéis hacer el helado con alguna comprada pero aseguraos que sea de buena calidad. También preparé el sirope de moras casero y una vez tuve estos dos ingredientes caseros me puse manos a la obra, que luego hecho esto es coser y cantar. Recordad para montar la nata (crema de leche) que ha de estar bien fría. Yo además meto el recipiente y las varillas 15 minutos en el congelador. No está de más añadir un poco de estabilizante de nata (crema de leche) para evitar que tienda a volver a su estado líquido. No es imprescindible pero viene bien. Para ver más consejos sobre cómo montar la nata (crema de leche) pincha aquí y disfruta de un postre al que también le van muy bien las moras, la Pavlova. El estabilizante lo puedes encontrar en sobres individuales en Lidl de su marca Belbake o en ForMyCake al peso. Creo que ahora venden también en el supermercado de la marca Dr. Oetker.
Helado de moras silvestre
INGREDIENTES:
– 350 g de mermelada de moras casera
– 500 ml de nata (crema de leche) para montar mín. 35’1 % de materia grasa bien fría
– La mitad del sirope de moras
Sirope de moras
– 350 g de moras silvestres
– El zumo de medio limón
– 2 cucharadas o TBSP de azúcar
– 1 cucharadita o TSP de maizena
Lo primero es preparar la mermelada y el sirope de moras. La mermelada para hacerla puedes clicar aquí. Y para hacer el sirope seguiremos las instrucciones de Sandra. Poner los ingredientes en un cazo reservando sólo la maicena. Cocer durante 20 minutos, remover de vez en cuando. Agregar la maicena y remover hasta que espese un poco. Pasar por un colador fino y dejar enfriar.
Montamos la nata (crema de leche) con varillas eléctricas y añadimos la mermelada de moras y la mitad del sirope. Mezclamos con la ayuda de una espátula con cuidado que no baje mucho la mezcla y refrigeramos toda una noche en la nevera. Dejamos también el resto del sirope en nevera. Yo aprovecho para meter en el congelador los contenedores de mi heladera. Y al día siguiente la mezcla del helado gana en sabor.
Pasado el tiempo de reposo manteamos siguiendo instrucciones del fabricante y vamos vertiendo en un recipiente alternando helado con cucharada de sirope. Para adornar podemos colocar unas moras en la superficie. Y congelar un par de horas. Es un poco laborioso pero merece la pena. Casero, sin artificios y delicioso. Antes de consumir dejar unos 10 minutos que se descongele un poco.
¿Qué? ¿Os animáis?
A mí me ha conquistado.
Fresquito, cremoso, natural y con extra de fruta recién recogida, ¿qué más se puede pedir?
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