Creo que no hay verano que se precie sin que, antes o después, no caiga un helado. Si ese helado es artesano mejor, pero no dejo la cosa ahí, si ese helado es preparado en casa, sin conservantes, colorante ni estabilizadores, entonces tendremos un helado de categoría.
Las recetas son muchas, pero la base es la misma, lácteos con su grasa, en ocasiones huevos, frutas o frutos secos y azúcar… son la base para disfrutar de un helado casero. La receta de hoy es un helado de fresa que he intentado hacer un poco más ligero sustituyendo la nata (crema de leche) por yogurt. Podéis hacer vuestros propios experimentos combinando porcentajes e ingredientes para conseguir un helado a vuestro gusto, estoy segura de que el resultado, de todas todas, será perfecto.
El único hándicap que podemos encontraros a la hora de su preparación es el tener que remover repetidamente la mezcla cada 30 o 40 minutos para conseguir un helado lo más cremoso posible. Con esto lo que hacemos es romper los cristalitos de hielo que se forman en el proceso de congelación. De todas maneras, si disponemos de una heladera, que hoy en día es fácil de conseguir y su precio no es elevado, este problema lo tenemos solucionado. Aunque pensándolo bien, en mi caso no sé si será una buena idea, corro el riesgo de pasarme el verano comiendo helados de todo tipo, y eso, a la larga me parece que puede afectar un poco a la línea, jajaja.
RACIONES: 1/2 litro
DIFICULTAD: baja
TIEMPO: 15 minutos + 4 horas de frigo
HELADO DE FRESA:
350 gr. FRESAS MADURAS
250 gr. YOGURT GRIEGO NATURAL SIN AZÚCAR
125 gr. LECHE CONDENSADA
2 CUCHARADAS DE MIEL
1.- Lavamos las fresas y les retiramos la ramita, las cortamos en trozos y con una batidora o robot de cocina las trituramos. Si os gusta encontrar trocitos de fresa en el helado reservamos 6 o7. Es importante que las fresas estén maduritas, eso le aportará a nuestro helado mucho más sabor y color.
2.- Ponemos las fresas en un bol, añadimos el resto de ingredientes y batimos bien hasta integrarlos. Aplastamos ligeramente las fresas que tenemos reservadas y las incorporamos a la mezcla removiendo para que queden repartidas por todo el helado.
La miel no le va a aportar un sabor excesivo pero sí ayudará a evitar, en lo posible, la cristalización del azúcar.
3.- Vertemos la crema de helado en un táper con tapa que llevaremos al congelador. Es mejor utilizar un táper más bien grande para que nos sea más fácil y rápido el proceso de congelación.
4.- La única dificultad de esta receta es tener la paciencia suficiente para retirar el helado del congelador cada 1/2 hora y removerlo, repitiendo la operación por lo menos 4 o 5 veces. Con ello lo que pretendemos es romper los cristales de hielo que se formarán en la congelación y que así nos quede un helado mucho más cremoso.
Al ser un helado de fresa y ser una fruta con mucha agua, es más problemático el tema de los cristales, aun así mi consejo es que tampoco os preocupéis, aunque le quede algún cristalito este helado está de categoría. Ya me contaréis.
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