Pero vayamos por partes y empecemos por lo que traigo hoy. Ideal para tomar en verano. ¿Quién no asocia la horchata bien fría con esta estación del año? Y es una de estas recetas que por una razón u otra no había preparado nunca. Y, la verdad, no puede ser más fácil.
La horchata me trae muchos recuerdos. Recuerdos de mi niñez. Había una heladería en una calle, ahora más céntrica de lo que era entonces, de mi ciudad. La calle... María Auxiliadora. La heladería/horchatería.... La Polar. Con una gran entrada, de hecho ahora que la recuerdo creo que solo tenía una trapa, ni puerta ni nada, y toda ella alicatada de azulejos cuadrados blancos. Unas estrechas barras laterales donde apoyar las consumiciones y un mostrador tras el cual estaba el heladero.... o la heladera no sé muy bien, la verdad.... yo cada vez que entraba allí solo veía la cubeta de la horchata con sus palas gira que te gira. Bueno, de vez en cuando miraba también la del granizado de limón (creo que también lo había de naranja) que era lo que habituaba a tomar mi padre y también me llamaba la atención.
Paseos por la tarde noche, por esa calle en verano, implicaban una horchata para tomar allí, en vaso alto de cristal -por aquel entonces lo de para llevar no se estilaba mucho y si algún moderno de la época se aventuraba a pedirlo le daban un vaso pequeño de plástico y no.... no sabía igual os lo aseguro- y fría.... muuuuy fría... tanto que había veces que tenía que tomarla con calma para evitar ese desagradable dolor intenso en la cabeza al comer muy deprisa las cosas frías... y era en esos momentos cuando saboreaba de verdad la refrescante bebida, porque generalmente era un visto y no visto...
Tal es mi debilidad por la horchata que cada vez que la compro me dura el litro una tarde. Y en casa solo la tomo yo, con lo cual cuando digo un litro para mi sola.... es un litro para mi sola. Y, salvo cuando he estado en Valencia, no he vuelto a tomar horchata igual de rica que la de aquella famosa heladería... hasta ayer. Y visto lo que tardé en prepararla creo que no vuelvo a comprarla, porque he conseguido la auténtica horchata de chufa sin salir de casa y en pocos minutos.
Ingredientes250 gr de chufas1 litro de agua muy fría100 gr de azúcar glas
Lo primero que tenemos que hacer es poner a remojo las chufas Las metemos en un recipiente cubiertas de agua y las tapamos. Metemos en la nevera un mínimo de 12 horas.
Pasado el tiempo de remojo, escurrimos las chufas y las metemos en el vaso de la Thermomix. Añadimos 250 ml de agua fría y trituramos 2 min, vel 5. Bajamos la pasta que haya quedado en las paredes del vaso y añadimos 250 ml más de agua fría. Mezclamos 5 seg, vel 4.
Pasamos la pasta que se habrá formado a un paño limpio (vale gasa o tela de sábana) o a un colador de tela y apretamos bien para sacar toda la leche. Cuando ya no escurra nada podemos retirar los restos de chufa y aclaramos el vaso con agua.
Echamos en el vaso la leche de la chufa y añadimos el azúcar glas y el medio litro restante de agua fría. Mezclamos 20 seg, vel 3.
Pasamos la horchata a una botella de cristal y metemos en la nevera.
Consumir, bien fría, en el plazo máximo de 3 días.