Llega Halloween. Su celebración se esta convirtiendo en algo tradicional. Los antiguos celtas celebraban la noche en la que los espíritus volvían a caminar por la tierra para poseer a los vivos. Por eso, nadie encendía fuegos y se disfrazaban funebremente para evitar que los muertos se fijaran en ellos y pasar desapercibidos.
A pesar de su origen tenebroso, quizá lo más curioso de esta celebración no sea su carácter lúgubre, sino la mezcla de rasgos culturales que hoy en día aglutina en una sola fecha las tradiciones de varios pueblos.
HUESOS de PAN DULCE (en panificadora)
INGREDIENTES
500 grs de harina de fuerza
120 ml de agua
150 ml de leche entera
15 grs de levadura fresca (o 5 grs de levadura liofilizada)
10 grs de melaza de arroz (o 5 grs de miel)
40 grs de aceite de girasol
1 huevo
PREPARACIÓN
Empezamos preparando el prefermento para la masa. En un bol mezclamos 100 grs del agua reservada, 100 grs de la harina preparada y toda la levadura desmenuzada. Mezclamos bien hasta formar una masa cremosa y pegajosa. Tapamos con papel film y dejamos que fermente hasta que triplique su volumen y esté burbujeante.
Cuando este bien esponjado el prefermento, ponemos los demás ingredientes en la cubeta de la panificadora por este orden, la leche, el agua restante, la melaza o miel, el aceite, el prefermento, y el resto de la harina. El huevo no. Sólo sirve para pintar los huesos.
Programamos la panificadora sólo para que amase y en una hora más o menos estará lista.
Volcamos la masa a nuestra mesa de trabajo y con las manos aceitadas, la desgasificamos. La cortamos en partes más o menos iguales, hacemos un rollo y cortamos 10 porciones.
Hacemos rollitos de unos 15 cms cada uno y dejamos reposar unos minutos para que el gluten se relaje y no se retraigan.
Vamos poniendo los rollitos en una bandeja, sobre papel de hornear y vamos cortando las puntas en dos con unas tijeras. Enroscamos sobre sí mismas y formamos el extremo del hueso. Dejamos que fermenten hasta que doblen su volumen.
Si queremos bañarlos, los pintamos con el huevo, pero unos cuantos enharinados solamente, van a darles un aspecto más espectral.
Cocemos en el horno precalentado a unos 230ºC, sin aire y con calor arriba y abajo. Cuando estén hechos, sacamos y dejamos enfriar encima de una rejilla.
Y ya los tenemos listos. Terroríficamente buenos!