¡Buenos días! ¿Cómo lleváis el otoño? Nosotros este fin de semana hemos aprovechado para hacer una escapada en familia a una casa rural en Castellar de N’hug. Aunque el tiempo no nos ha acompañado, lo hemos pasado en grande e incluso hemos cogido algún robellón.
Por otra parte, quiero explicaros que hemos recogido los últimos pimientos verdes del huerto y como teníamos excedente en casa, he decidido hacer un plato de esos que apetece cuándo empieza el frío. ¿Vais cogiendo papel y lápiz y lo vemos?
Ingredientes (4 personas)
Una bandeja de jamoncitos de pollo (2 jamoncitos por persona)
Una cebolla
Un pimiento verde
Un vasito pequeño de vino blanco
250ml de agua
Aceite de oliva
Pimienta negra
Sal Rosa del Himalaya
Paso 1: Salpimentamos los jamoncitos de pollo, los marcamos en una cazuela con un buen chorro de aceite y los reservamos. Es importante que el aceite este bien caliente ya que por el contrario se nos enganchará el pollo en el fondo de la cazuela.
Paso 2: Cortamos en juliana la cebolla y el pimiento y la añadimos en la cazuela dónde hemos marcado anteriormente los jamoncitos. Observareis que rápidamente la cebolla cambia de color y se oscurece debido a los restos que ha dejado el pollo al freírse. Bajamos el fuego y rehogamos la verdura durante 15 minutos aproximadamente.
Paso 3: Una vez la verdura se ha pochado, subimos a fuego medio y añadimos el vasito de vino. Dejamos que se evapore. El vino nos aportará un gran sabor a nuestro guiso.
Paso 4: Colocamos los jamoncitos de pollo sobre las verduras y los cubrimos de agua. Cuando ésta arranque a hervir, tapamos la cazuela y lo dejamos todo cocer durante 40 minutos. De vez en cuando vamos remojando los jamoncitos con la salsita.
¡Y listo para comer!
Como veis el resultado final es espectacular y la elaboración es facilísima. Os animo a que compréis una buena barra de pan para mojarlo en la salsa. Espero que os guste tanto como a nosotros y si tenéis alguna variación, duda o sugerencia no dudéis en dejarme un comentario porque os lo responderé encantado!