En el blog lo celebro, como cada fin de mes, con mi aportación en formato receta al Juego de Blogueros, que este mes viene cargado de boniatos (o batatas, según donde estemos), y que he usado como excusa perfecta para volver a usar el molde de estrellitas que cayó el año pasado de regalo y que es la mar de cuco (y no se pega nada de nada). Este es el molde en cuestión:
Para mi receta, unos blondies (una especie de brownies pero que se hacen con chocolate blanco), me basé en la receta que ya usé para los blondies de galletas de cheesecake y frambuesa, aunque decidí, de nuevo, reducirles la cantidad de azúcar (cada vez estoy más convencida que un postre con el punto justo y no más de dulce es lo que lo hace un buen final de una comida y no lo convierte en una estocada).
El resultado creo que ha quedado muy muy bien. Son unos bizcochitos dulces, pero lo justo. Acaramelados por el chocolate blanco y porque, al hacerlos en porciones, se ponen con un toque crujiente por fuera, no solo por encima. Y con el toque profundo del boniato. Creo que os van a encantar.
Estoy segura de que saldrán recetas muy ricas del resto de recetas del reto. Os dejo a continuación la lista de mis compis de juego para que tengáis dónde escoger:
Rosamary: alacartemenus
Elvira: asisecomeengranada
Inma: entre3fogones
Eva: pekandoconeva13
Maryjose: tapitasypostres
Ingredientes para 12 porciones (pueden ser moldes de magdalenas):
100 g de boniato asado
30 g de mantequilla derretida
90 g de azúcar moreno
135 g de harina floja
90 g de chocolate blanco de cobertura troceado pequeño
1 huevo campero
1/2 cucharadita de extracto de vainilla
1/2 cucharadita de levadura química
1/4 de cucharadita de bicarbonato
nueces pecanas
1 pizca de sal
Preparación:
Asamos el boniato. Para eso, lo más rápido es el microondas. Lavamos bien un boniato no demasiado grande (acabaremos usando 100 g de la pulpa), lo pinchamos unas cuantas veces con una puntilla y lo introducimos en un recipiente para cocinar al vapor o lo envolvemos con un papel de horno (como si preparásemos una papillote). Lo haremos durante unos 7-8 minutos a potencia máxima. Al sacarlo, miraremos que al apretarlo esté blando y, si no lo está, lo pondremos un poco más. Lo dejamos enfriar un poco, lo abrimos y sacamos la pulpa. Usaremos 100 g, que aplastaremos bien hasta que sea un puré bien fino.
Ponemos el horno a precalentar a 160 ºC. Engrasamos el molde que vayamos a usar con un poco de mantequilla o aceite.
Batimos, con la batidora de varillas, la mantequilla y el azúcar. Añadimos el huevo un poco batido. Batimos bien la mezcla.
Añadimos ahora el puré de boniato y la vainilla y seguimos batiendo.
Ahora ya sin la batidora, y con una lengua de silicona o un batidor manual, añadimos la harina que habremos tamizado junto con la levadura, el bicarbonato y el poco de sal. La añadiremos poco a poco para que se vaya incorporando bien y la masa sea fina.
Añadiremos finalmente el chocolate blanco troceado y mezclamos bien.
Repartimos la masa en el molde con la ayuda de un par de cucharas y terminamos colocando media nuez encima de cada porción.
Horneamos durante unos 30 minutos. Cuando lleve unos 10 minutos, tapamos con un papel de aluminio para que no se doren en exceso.
Y listo. Solo queda dejar enfriar y servir. Aunque, si les damos un toque de calor a la hora de servirlos, estarán riquísimos.
Y hasta aquí la receta. Espero, como siempre, que os guste si os ponéis con ella y que me comentéis qué tal, o cómo la preparáis vosotros.
¡Que aproveche!
Fuente: este post proviene de Dulce de Limón, donde puedes consultar el contenido original.
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