Esa es la palabra que mejor define a estas magdalenas. A parte de deliciosas y jugosas....
Son muy fáciles de hacer. No hay que montar claras, ni hacer una masa trabajosa. Batidora en mano, se van mezclando los ingredientes. El secreto, la mantequilla tiene que estar muy caliente al añadirla a la masa y no dejar de batir en ningún momento para que no cuajen las claras.
Con estas indicaciones... ¿Cuántos os váis a atrever con ellas? Yo lo haría. Lo malo.... empezaréis a comerlas y no sabréis parar, así que guardarlas fuera de la vista porque de lo contrario os daréis un atracón!!! Avisados estáis....
Ingredientes
310 gr de clara de huevo a temperatura ambiente
125 grs de almendras molidas
125 grs de harina
375 grs de azúcar glas
315 grs de mantequilla
Un chorrito de aroma de vainilla
2 cucharaditas de semillas de amapola
Precalentar el horno a 200º
Mezclar la harina, con la almendra molida y el azúcar. Añadir las claras y mezclar. Verter la mantequilla derretida y muy caliente, el aroma de vainilla y las semillas de amapola. Mezclar bien.
Repartir la mezcla en los moldes y hornear a 200º unos 15 minutos. Observando continuamente para evitar que se quemen.
Sacar del horno y dejar enfriar antes de servir.