Y uno de los grandes problemas que tenemos los "cocinillas" es que nos cuesta repetir recetas a pesar de que estén ricas. Nos gusta probar nuevos sabores e investigar con diferentes ingredientes. Mira que os aseguré que las Magdalenas de Xavier Barriga están de rechupete, también os hablé de las magdalenas francesas que tanto me recordaban en su sabor a las rosquillas por el toque de anís que tienen o, sin ir más lejos, la primera recetas de magdalenas que os dejé y que es la que siempre habíamos preparado en mi casa.
Pues bien, en este caso, os dejo unas magdalenas de vino. Podéis utilizar cualquier vino que tengáis en casa pero, dependiendo del que uséis, es posible que el sabor sea diferente. Siempre rico, de eso no tengo dudas.
Pero yo me he decantado por un vino diferente: el vino de pitarra.
Se denomina vino de pitarra al vino elaborado de forma artesanal desde antiguo en las bodegas familiares de distintas zonas de Extremadura y zonas colindantes de Castilla La Mancha y Andalucía.
El nombre de pitarra proviene del recipiente de barro donde se conserva, grandes tinajas capaces de albergar entre 400 y 800 litros.
Lo caracteriza su artesana recolección, pisado y cuidados que se le realiza, así como la práctica inexistencia de productos químicos en su elaboración. Destaca a su vez por su alta graduación alcohólica.
No debemos buscar el mismo sabor en el vino de pitarra ya que todo dependerá del tipo de uva y de su procedimiento de elaboración en cada familia. El que he utilizado para esta receta proviene del pueblo de Esparragosa de Lares, Badajoz.
Si queréis saber más sobre el proceso de elaboración de este vino, he encontrado un blog que explica de forma clara y con imágenes el proceso de elaboración de este vino. Se trata de el blog Miajadas Culinae, donde además podréis disfrutar de deliciosas recetas tradicionales de esa zona.
Sobre estas magdalenas tengo que advertiros que le he hecho dos cambios a la receta original: el primero sobre el vino ya os lo he comentado. El segundo es que he utilizado aceite de oliva en vez de aceite de girasol. De hecho se puede apreciar el sabor a aceite de oliva pero de forma muy suave y a mí me ha resultado muy agradable.
Por último, os comento que estas magdalenas no son de esas a las que les queda un precioso copete. Suben poco, pero su sabor es tan agradable que vale la pena probarlas.
¡Vamos con la receta!
Ingredientes:
150 gr. de harina de trigo
1 sobre de impulsor químico (lo que conocemos como levadura Royal)
Ralladura de la piel de un limón
150 gr. de azúcar
3 huevos grandes
55 ml. de vino de pitarra (1/4 de vaso)
55 ml. de aceite de oliva suave (1/4 de vaso)
Modo de preparación:
Batiremos los huevos con el azúcar y, cuando éstos hayan aumentado su volumen, añadiremos la ralladura de limón, el vino y el aceite. Lo mezclaremos todo bien.
En un bol aparte tamizaremos la harina con la levadura. Y por último añadiremos la mezcla anterior a la harina y la levadura, y lo batiremos. No hay que batir en exceso esta masa, pero hay que evitar que queden grumos.
Mi recomendación en todas las recetas de magdalenas es que pongáis la masa en la nevera al menos media hora, mientras que ponemos a precalentar el horno a 180ºC.
Pasado ese tiempo, dispondremos las cápsulas de papel sobre la bandeja del horno y las iremos rellenando un poquito más de la mitad (2/3 aproximadamente). Les espolvorearemos un poco de azúcar por encima y las meteremos en el horno durante unos 15 minutos.
Como siempre os digo, el tiempo es orientativo, y varía en cada horno. En el caso de las magdalenas es fácil identificar cuando están listas. Normalmente es cuando están doraditas por encima. Para aseguraros podéis pinchar una de ellas para ver si está cocida.
Una vez listas, las sacaremos del horno y las dejaremos enfriar antes de empezar a comerlas.
¡Buen provecho!
Fuente de la receta: Ana Azucarada