A mi hijo pequeño le encantan las magdalenas y siempre tengo una bolsa de ellas, de las del supermercado; pero cuando las como yo, me parecen muy artificiales y recuerdo cuando las hacía una tía mía de nata (crema de leche), que tenían un sabor tan suave, que podías comerte 4 o 5 sin pensar.
Un día decidí hacerlas yo, porque aunque me sale un poco más caro, se que comemos algo más natural y fresco.
Ahora no puedo dejar de hacérselas, las lleva a clase de merienda y hasta he tenido que hacérselas para un trabajo con los compañeros.
INGREDIENTES
3 Huevos
250 gr. Azúcar
150 gr. Leche
250 gr. Aceite
375 gr. Harina
1 Sobre Levadura
Ralladura Limón o Naranja
Pizca Sal Fina
ELABORACIÓN
En un bol ponemos los huevos y el azúcar, lo mezclamos muy bien con las varillas (eléctricas o manuales). Se añade la leche, el aceite y la ralladura de limón. Por último se añade el harina, la levadura y la sal, tamizado con un colador. Se mezcla bien hasta que quede homogéneo. Dejamos reposar entre 30 y 60 minutos.
Precalentamos el horno a 220º grados.
Colocamos los moldes en la fuente de horno y vamos rellenando con una cuchara 3/4 partes del molde.
Espolvoreamos en poco de azúcar sobre la magdalena y horneamos a 200º durante 15 -20 minutos o hasta que hayan cogido color dorado.
Repetimos la acción hasta acabar la masa.
CONSEJOS ÚTILES
Dejad un poco de espacio entre cada molde, yo pongo entre 12 y 15 moldes por fuente.
Si son moldes de papel y no tenéis fuente de magdalenas (como yo), pones dos moldes por cada magdalena. Soportará mejor la masa y no se abrirá tanto.
Se pueden rellenar con mermelada o con pepitas de chocolate, para variarlas un poco.
Fuente: este post proviene de mi cafelito rico, donde puedes consultar el contenido original.
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