¿Qué vino elegir para acompañar una comida? ¿Existen reglas infalibles para hacer un buen maridaje? ¿Cómo influyen el sabor del vino y el del plato en la elección de la botella? En este post quiero darte algunos consejos para elegir la botella perfecta con la que acompañar una comida.
El plato a maridar
Lo primero a tener en cuenta es el plato que vas a servir. Algunos vinos son más adecuados para platos fuertes y condimentados, mientras que otros son mejores para platos más ligeros y delicados.Por ejemplo, un vino típico como el Cabernet Sauvignon suele ser una buena elección para carnes rojas, mientras que un vino blanco suave como el Chardonnay es perfecto para pescados y mariscos.
Sin embargo, esto no significa que no se puedan hacer combinaciones más atrevidas o innovadoras. De hecho, muchas veces un vino que se aleja de lo tradicional puede resultar sorprendentemente bueno con un determinado plato.
Otro aspecto a considerar es la intensidad del sabor. Un vino muy intenso puede sobrepasar el sabor de ciertos platos, mientras que un vino más suave puede quedar opacado por un plato muy condimentado. Por eso es importante encontrar un equilibrio entre el sabor del vino y el del plato.
Algunos expertos suelen recomendar elegir un vino que tenga un sabor similar al del plato, de forma que se complementen mutuamente. Aunque algunos contrastes pueden resultar muy interesantes y llevar a una experiencia culinaria muy satisfactoria.
La temperatura
También es esencial tener en cuenta la temperatura del vino a la hora de maridar. Algunos vinos se deben servir a temperatura ambiente, mientras que otros se deben servir fríos. Debes respetar estas recomendaciones para que el vino pueda expresarse de la mejor manera posible.Como ejemplo, un Rioja se suele servir a una temperatura de entre 16 y 18 grados, mientras que un vino blanco joven se suele servir más frío, a una temperatura de alrededor de 8 grados. Si el vino está demasiado frío o demasiado caliente, puede perder parte de su sabor y aroma, y eso es algo que se debe evitar.
El orden, esencial al maridar con vino
Otro punto importante es el orden en el que se sirven los vinos. Aunque en algunos casos puede ser conveniente servir el vino más ligero antes que de cuerpo y sabor intenso, en general se suele recomendar servir primero los vinos blancos y luego los tintos.Así, el paladar no queda saturado con los sabores más fuertes, y puedes apreciar mejor los matices de cada vino.
También es recomendable servir el vino de forma progresiva, es decir, empezar con el vino más joven y acabar con el más maduro, para que el paladar vaya adaptándose a sabores más complejos a medida que avanza la comida.
Maridaje de vino con los postres
Por último, no podemos olvidarnos del postre. Aunque algunos espumosos o vinos dulces son los que se suelen elegir en estos momentos, también se puede optar por vinos secos o semisecos. Lo fundamental es que el vino no sea demasiado intenso para no cubrir el sabor del dulce.Algunos vinos blancos secos o rosados suaves pueden ser una buena opción para acompañar postres ligeros, mientras que para postres más fuertes y dulces podemos optar por vinos más intensos y dulces, como el Porto o el Moscatel.
Otros consejos al maridar con vino
Hay otros detalles adicionales que pueden ser útiles a la hora de hacer un buen maridaje con vino. Por ejemplo, si estás sirviendo un plato muy condimentado con especias, puedos optar por un vino con un sabor más potente que pueda soportar esa intensidad. Algunos vinos típicos para estos casos son el Syrah o el Zinfandel.Otro factor a tener en cuenta es el tipo de cocción del plato. Si estás sirviendo un plato a la parrilla o al horno, puedes escoger un vino con un sabor más potente y estructurado, que pueda soportar esos sabores ahumados. Algunos vinos típicos para estos casos son el Cabernet Sauvignon o el Merlot.
También es importante tener en cuenta la salsa o guarnición que acompaña al plato. Si sirves algo con una salsa de tomate, por ejemplo, un vino que tenga un sabor más afrutado y fresco ayuda a equilibrar esa intensidad. Algunos vinos típicos para estos casos son el Pinot Noir o el Sangiovese.
Por último, no olvides la importancia de la presentación. Aunque el sabor es lo principal, la forma en la que se presenta el vino puede influir en la experiencia culinaria. Por ejemplo, si sirves un vino muy especial o de alta gama, es conveniente elegir una copa adecuada y servirlo de forma cuidadosa y atractiva. Así puedes al máximo de todas las cualidades de ese vino y hacer que la comida sea aún más especial.
En resumen, el maridaje con vino es una forma de enriquecer la experiencia culinaria y de hacer que cada comida sea única. Aunque no existen reglas infalibles, teniendo en cuenta algunos aspectos que te acabo de comentar.
Un último consejo: no tengas miedo de experimentar y de salirte de lo tradicional, ya que eso puede llevar a descubrimientos muy interesantes. Y recuerda que lo más importante es disfrutar de la comida y del vino, sin presiones ni expectativas demasiado altas.
¿Qué criterios sigues tú a la hora de maridar con vino? Estaré encantado de leerlo en los comentarios.