1. Armonizar sabores
El maridaje de vinos busca la armonía, combinando los distintos sabores del vino y los alimentos con los que lo acompañamos en un único sorbo, repleto de matices. Para conseguir este equilibrio, tenemos dos opciones principales: maridar por asociación, combinando vinos y platos con sabores similares, o buscar el contraste, jugando con la intensidad de los distintos elementos que componen nuestra propuesta gastronómica.
2. Abriendo boca: vinos ideales para aperitivos (
El vino blanco es una elección perfecta para los cócteles y picoteos informales. El sabor fresco y ligero de estos vinos son ideales para acompañar todo tipo de aperitivos y entrantes, desde frutos secos y encurtidos hasta ensaladas. Y si estás buscando un buen vino para acompañar marisco, apuesta por los blancos gallegos, como Albariños o Ribeiros.
3. Maridaje de vinos y carnes
Los platos de carne suelen contar con sabores potentes y contundentes, que precisan un contrapunto gustativo adecuado. Las carnes blancas, como el pollo, van muy bien con un vino blanco seco, de baja acidez. Los vinos tintos Crianza o Reserva son un magnífico acompañamiento para los platos de carne más intensos, como las carnes rojas o la caza.
4. Vino y queso, pareja ganadora
El mundo del queso nos ofrece infinidad de sabores, desde la contundencia de los quesos azules o el Cabrales, por ejemplo, a la suavidad del queso de cabra. Para los quesos curados, de sabor muy potente, los expertos recomiendan vinos crianza o reserva.
5. Del mar y de la tierra: maridaje de vinos y pescados
Si estás buscando un buen vino para acompañar un plato de pescado, deberás tener en cuenta su contenido graso. Los pescados blancos, como la merluza o el bacalao, maridan a la perfección con vinos blancos secos. Para pescados azules, como el atún, la sardina o el salmón, mejor decantarse por un vino tinto joven.
6. Maridaje de vinos rosados
La frescura y las notas afrutadas del vino rosado lo convierte en una propuesta perfecta para servir junto a platos de pasta y arroz, el marisco y quesos suaves. Su sabor delicado y sutil los hacen muy recomendables para platos ligeros, de sabores suaves.
7. Vinos para bocados dulces
Un buen postre es un colofón imprescindible para cualquier cena o comida y el vino tampoco puede faltar en este momento dulce. Los expertos en maridaje de vinos recomiendan acompañar el postre con vinos dulces u olorosos, como el Oporto, el Moscatel, el Jerez o un Pedro Ximénez.
8. Maridaje de vinos espumosos
España es todo un referente mundial en la producción de vino espumoso, con muchas bodegas destacadas y cavas de excelente calidad. Si te gusta lo gourmet, prueba a maridar el cava con el jamón ibérico. El sabor tranquilo, las burbujas y el punto de frescura de estos vinos son el contrapunto perfecto para el sabor potente y graso del jamón. ¡Un broche final insuperable para tus experiencias gastronómicas!
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