¿Recuerdan que habían sobrado algunas fresas? Pues aquí va otra de fresas, una deliciosa mermelada casera sin conservantes artificiales que engancha. Además, las mermeladas se hacen prácticamente solas, no tienes excusa para no probar.
En este caso, no es necesario utilizar ningún espesante o gelificante, pues con tiempo al fuego, la pectina de las fresas es suficiente para darle la textura idónea. Manzanas, peras, naranjas, son aún más ricas en pectina, y se puede usar su cáscara para la elaboración de mermeladas de otras frutas con menos contenido de esta sustancia para lograr el punto que requieren.
Ingredientes para 1 tarro pequeño
300gr. de fresas
100gr. de azúcar blanco
100gr. de agua
Un chorro de limón (mi medida es apretar una vez con la mano medio limón pequeño)
Preparación
Lavar y cortar las fresas a trozos, más grandes si nos gustan los tropezones en la mermelada, y más pequeñas si la preferimos más limpia. En un cazo ponemos todos los ingredientes a fuego fuerte. En cuanto empiece a hervir, bajamos el fuego y dejamos confitar la fruta. En función de la potencia del fuego, del agua que contenga la fruta, y del diámetro del cazo, el tiempo puede oscilar entre los 30 y 45 minutos hasta que la textura sea la adecuada. Recuerda que al enfriarse, espesará aún más. Y no dejes de estar pendiente los últimos minutos para que no se pegue al fondo, pudiendo ser necesario que remuevas un poco con una cuchara de madera.
Ahora sólo queda ponerla en un tarro esterilizado y disfrutarla sobre unas tostadas. Ummmmm!
Si lo que queremos es conservarla unos meses, podemos optar por congelarla, o hacer el proceso correcto de envasado:
Esterilizar los tarros y las tapas en agua hirviendo unos 20 minutos. Sacarlos con pinzas y colocar boca abajo sobre un trapo limpio o papel de cocina para que escurran y se sequen. Rellenarlos hasta el borde con la mermelada una vez se haya atemperado para evitar que el frasco estalle. Cerrarlos perfectamente para hacer el vacío. Para ello los colocamos en un cazo y los cubrimos de agua por completo. Llevar a ebullición otros 20 minutos. Una vez transcurrido este tiempo, dejar reposar boca abajo durante 12 horas. Para saber si se ha hecho el vacío correctamente, al presionar la tapa en el centro, no hará ruido. Si lo hace, no se ha hecho correctamente, y esta mermelada habrá que ponerla en la nevera y consumir (puede durar unas 2 semanas en buen estado ya que el limón actúa de conservante).