Hoy os traigo una mermelada diferente, tengo que reconocer que no tan y tan rica como la tradicional (con su mucho azúcar) pero si mucho más saludable.
De momento sólo os puedo dejar la receta con Thermomix, todavía no la he hecho por el método tradicional, en el momento que la haga os lo cuento.
Como os he dicho al principio, no es ni de lejos tan dulce como la tradicional (aunque tengo una amiga a la que le encantó, pues no es tan azucarera como yo), pero en estos momentos, en los que estoy a dieta, me sirve para cometer un "minipecadito" de vez en cuando sin tener unos remordimientos infinitos.
Es muy importante saber que, al no tener tanta azúcar, su duración máxima es de unas tres semanas, y siempre en la nevera, o sea que mejor hacer pequeñas cantidades para no andar tirando restos, ahora que si sois muchos pues nada, más y listos.
Yo para no tener problemas etiqueto los botes y les pongo la fecha de caducidad, si no es difícil acordarse, pero vamos que cada maestrillo tiene su librillo.
Y sin más preámbulos vamos a por la receta.
INGREDIENTES (PARA UN BOTE PEQUEÑO):
300 gr de fresas limpias y partidas por la mitad.
Medio limón pelado (sin nada de blanco y sin semillas).
30 gr de azúcar normal.
Media cucharadita de agar agar.
1 cucharada de edulcorante en polvo.
ELABORACIÓN:
Ante todo hay que tener listo el bote donde vamos a guardar nuestra mermelada. Yo lo que hago es poner el bote en el lavavajillas y así lo tengo absolutamente listo para usar.
En primer lugar lavamos y limpiamos las fresas, les quitaremos las hojas y las partimos por la mitad.
Para limpiar el limón os recomiendo partirlo en gajos (como las naranjas y las mandarinas) así le quitaréis mejor la parte blanca y las semillas.
Ponemos en el vaso las fresas, el limón, el azúcar y el agar agar, trituraremos programando 30 segundos a velocidad 5.
Programamos ahora 20 minutos a 100º de temperatura y velocidad 1.
Quitamos la tapa y colocamos el cestillo (queremos ayudar a evaporar líquido) y programamos 5 minutos, temperatura varoma y velocidad 1.
Añadimos el edulcorante y programamos 5 segundos a velocidad 2.
La pondremos rápidamente en el bote que teníamos preparado, lo cerramos bien, y lo ponemos boca abajo hasta que esté completamente frío. De esta forma conseguimos crear el vacío y el cierre es hermético.
Y ahora solo queda comerla, en tostadas o con ... ainsss, os lo voy a decir, con un rico pastel de queso japonés que os traeré este miércoles y que también es bajo en calorías.
Y esto es todo por hoy, si queréis saber un poco más de mi día a día lo podéis hacer a través de las redes sociales:
Un beso enorme a todas/os.
Fuente: este post proviene de Cocina de una bancaria estresada, donde puedes consultar el contenido original.
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