Es bastante fácil y se prepara con antelación, si puede ser de un día para otro estará mucho mejor.
Ingredientes:
7 mandarinas + 1 para decorar
200 ml. de nata (crema de leche)
2 claras de huevo
7 hojas de gelatina
80 grs. de azúcar
1 yogur natural
200 grs. de galleta triturada
80 grs. de mantequilla
Empezamos preparando la galleta, yo utilicé galletas de avena que triture con el robot. El triturado lo coloque en un bol con la mantequilla que estaba a temperatura ambiente y con las manos fui mezclando hasta que la galleta estaba toda bien impregnada con la mantequilla.
Cuando está mezclada la colocamos en el molde aplanando todo lo posible, lo ideal es que esta capa quede finita, pero subiéndola un poquito por los lados.
La llevamos al horno y a una temperatura de 180º lo tendremos en 7 minutos.
(No olvidar de ir vigilando para evitar que se queme).
Lo dejamos enfriar y mientras vamos preparando la crema de mandarina con la que rellenaremos el molde.
Exprimimos las 7 mandarinas obtendremos aprox. un cuarto de litro de zumo.
Separamos un vaso.
Colocamos la gelatina en agua fría para ablandarla. El vaso de zumo lo calentamos al microondas sin que llegue a hervir. Vamos sacando las hojas de gelatina, las escurrimos para que suelten el agua y poco a poco las mezclamos con el zumo caliente. Las disolvemos bien y ya podemos añadirlo al resto del zumo.
Añadimos el yogur, mezclándolo bien, que no queden grumos.
En un recipiente montamos la nata (crema de leche) con 40 grs. de azúcar sin que quede demasiado dura. Y con movimiento envolventes la añadimos al zumo.
Montamos las claras con otro 40 grs. de azúcar y un puntito de sal. Al acabar hacemos el mismo procedimiento con movimientos suaves sin batir mezclamos todo.
Ya lo tenemos, dispuesto para poner dentro del molde, lo verteremos, procurando que quede planito y ya está para ponerlo en la nevera para que se cuaje totalmente. Como mínimo 4 horas, pero si lo hacemos de un día para otro el punto queda perfecto.
Al sacarlo, lo decoramos con la otra mandarina a la que habremos quitado la piel de los gajos, así queda más brillante. En el centro, una ramita de menta o una frutita que contraste y quede bonito.