Pero de los muffins no dije nada ¿no?
Realmente mi intención era comenzar con recetas de elaboración menos calurosa.
Después del pasado fin de semana las ganas de encender el horno van en picado (vaya por delante que a mí se me ocurrió hacerlo a primera hora de la tarde para hornear una coca y después una lasaña y convertí mi casa en un auténtico infierno. De hecho no sé cómo no me he puesto mala con el calor que pasé)
Pero llevamos unos días más fresquitos y me he topado con estos muffins en borradores mientras buscaba otra receta.
No he podido resistir la tentación de publicarlos hoy.
¿Que hace calor? Pues vayamos al infierno que estos muffins bien lo merecen.
He dicho.
Aunque como nos ocurre a todos tengo rachas con algunos tipos de postres que paso de preparar casi cada semana a pasar meses sin que pisen mi cocina con los muffins tengo épocas de mucho amor y encuentre lo que encuentre en casa va para hacer muffins pero en las de "distancia" no acaban de caer en el olvido y cada poco tiempo vuelvo a hornearlos.
Confesaré que 2022 está siendo un año raro en casa y no acabo de centrarme en nada.
Tengo la sensación de que me limito a pasar días, cumplir con mis obligaciones, ir solucionando los problemas que surgen o en todo caso sorteando los escollos que aparecen en el camino... Todo marcha pero por decirlo de algún modo marcha en modo automático sin tener tiempo para salirme de la rutina o hacer algo por placer. O simplemente no hacer nada.
Todo el mundo pasa por rachas así, lo sé, y a veces la rutina y las obligaciones parecen abismales y antes o después todo regresa a su cauce. Pues tengo ganas de ver ese cauce, sinceramente.
También se nota en el blog y en mi ausencia de la blogosfera, pero es que los días ya no me dan para más, así que confío que cuando llegue septiembre pueda regresar con energías e ideas renovadas, que este año muy innovadora no estoy precisamente.
Pero procuro traer cosas ricas. Y sencillas. Que no es necesario complicarse la vida para disfrutar de un buen postre.
Los que lleváis tiempo por mi cocina sabéis de mi gusto por los muffins.
No hay versión de estos pastelitos que no me guste.
He arriesgado y me he atrevido con muchos tipos de ingredientes.
En ocasiones el resultado me ha gustado más, en otras menos...pero siempre les encuentro algo bueno.
Por no decir que me parecen ideales para el desayuno y comenzar el día cargada de energía.
Ya sabéis que cada vez más me gusta dedicar tiempo a esta comida del día, que antes era casi testimonial y salía de casa con un vaso de leche en el cuerpo.
Fue a raíz de los embarazos que empecé a dedicarle más tiempo y hacerlos más completos y con el trajín de la maternidad que empecé a apreciarlos más por eso de que aún sigue la casa en silencio cuando me doy a ellos. Al menos la mayoría de los días.
También son ideales para la merienda. E incluso para el recreo.
En el caso de mis peques Elena aún está en la guardería y la comida se la dan allí.
Y en el colegio de Lara hasta el curso pasado teníamos pautados los desayunos de cada día de la semana (lácteos, fruta o bocadillo) y este curso no hay marcado qué llevar cada día, sólo seguir el criterio de que sea saludable, prohibiendo expresamente chuches, bollería y zumos industriales.
Si en el próximo cole hay un día que tienen que llevar bollería casera seguramente la mayoría de las semanas caerá algún muffin porque son cómodos y porque es una receta sencilla para que ellas puedan participar en la elaboración.
Advertidos estáis si me vuelvo monotemática.
Esta receta me ha venido genial para dar salida a parte de la Nocilla del cubo de dos kilos que tanto os sorprendió a la mayoría cuando os hablé de él (ellos en realidad porque compré dos) en la receta del brownie de Nocilla.
Por si alguien siente curiosidad (o tentación) y quiere hacerse con uno os diré que los compré en Amazon que se ha convertido en un gran aliado para hacerme con cosas que no encuentro donde vivo.
Aún me queda parte y es que desde que hice estos muffins no he vuelvo a usarla en ninguna receta ¡y me gustaría acabar con ella antes de que llegue el calor en todo su esplendor! así que si alguien tiene una receta sencilla soy toda oídos.
Estos muffins quedan súper jugosos ¡salta a la vista en las fotos! y huelen...¡imposible describir lo bien que huelen!
Y sí, los míos son muy grandotes, porque me encantan estas cápsulas de tulipa y cuando las encontré me hice con un arsenal, pero bien se pueden hacer en otras cápsulas más pequeñas y resultarán muffins de tamaño más decente y por tanto menos calóricos en cada porción.
En la superficie les puse unas escamas de chocolate que quedaban en el armario de a saber qué postre pero no aguantaron nada bien el horneado. Yo las cambiaría por unos fideos de chocolate que son más todoterreno, pero a mí me vino genial para darles salida.
Espero que os animéis con esta receta porque os va a encantar ¡avisados estáis!
¿Os apuntáis a uno?
Ingredientes:
* 100 gramos de mantequilla
* 100 gramos de azúcar
* 180 gramos de Nocilla o Nutella
* 2 huevos
* 180 ml de leche o bebida vegetal
* 16 gramos de levadura química (impulsor)
* 35 gramos de cacao en polvo sin azúcar
* 300 gramos de harina
* 100 gramos de chips de chocolate
* Escamas de chocolate y un poco más de Nocilla para la superficie
Elaboración:
1. En un bol ponemos la mantequilla derretida, el azúcar, los huevos, la leche y la nocilla y batimos hasta integrar.
2. Añadimos la levadura, el cacao y la harina y mezclamos hasta que no queden grumos. Reservamos.
3. En un bol ponemos los chips de chocolate y una cucharadita de harina y mezclamos bien.
4. Vertemos en la masa de los muffins y repartimos con ayuda de una espátula.
5. Ponemos las cápsulas de papel en nuestra bandeja para muffins y con ayuda de una cuchara para helados repartimos la masa.
6. En la superficie de cada muffin ponemos una cucharadita de Nocilla y hacemos remolinos con un palillo. Para terminar ponemos escamas de chocolate, chips, o fideos.
7. Introducimos en el horno precalentado a 200º C y horneamos durante 25-30 minutos o hasta que al pinchar en el centro con un palillo este salga limpio.
8. Apagamos en horno y abrimos un poco la puerta. Pasados diez minutos sacamos, retiramos de la bandeja y dejamos enfriar sobre una rejilla.
Fáciles y rápidos de hacer ¡lo tienen todo!
Y aunque duran un suspiro porque están riquísimos la mejor manera de conservarlos es en un táper que cierre bien y metidos en el frigorífico, especialmente ahora que ya hace calorcito.
Como es una receta que me ha servido para aprovechar varias cosas que tenía en casa un poco olvidadas va para el reto 1+/-100, desperdicio cero de Marisa ¡no dejéis de pasar por allí!
Gracias una semana más por pasar por mi cocina ¡nos leemos el jueves próximo!
Manos a la masa y ¡bon appétit!