En mi casa hay una ley que se cumple a rajatabla todas las semanas: el tamaño de la compra siempre es mayor que el tamaño de la nevera. Aunque empiece a colocar la compra con una cierta organización, acabo metiendo lo que no cabe en cualquier hueco, ya da igual de qué manera. Y lo escondo tan bien, tan bien, que luego me aparecen cosas como dos tarrinas de requesón a puntísimo de caducar.
Pues nada, manos a la obra y a buscar alguna recetilla para aprovechar al moribundo. Entre todas las que tengo recopiladas, me encuentro estas natillas de requesón que sonaban muy bien. Pero ¿natillas de requesón? Tal vez tú las conozcas pero para mi eran totalmente novedosas, así que había que probarlas.
El resultado, un éxito rotundo. A ver qué te parece a tí:
Ingredientes:
- 400 ml. de leche
- 4 huevos
- 150 gr. de azúcar
- 400 gr. de requesón
- 4 cucharadas de zumo de limón
Elaboración:
1. En un cacito poner a calentar la leche con el azúcar y cuando empiece a hervir lo retiramos del fuego.
2. Añadimos el zumo de limón y removemos para mezclarlo. Rápidamente batimos los huevos (mejor los tienes batidos de antes porque parece que con el limón la leche se va a cortar) y los vamos añadiendo poco a poco sin dejar de remover.
3. Ponemos el cazo al baño maría y continuamos removiendo sin cesar hasta que la mezcla espese, pero sin que llegue a hervir.
4. En un plato desmenuzamos el requesón y lo añadimos a las natillas poco a poco hasta integrarlo todo y se forme una mezcla espesita.
Esta cantidad da para cuatro cuencos, pero los míos son como bañeras de grandes, así que por lo menos saldrán seis de tamaño normal. Los dejas en la nevera para que estén fresquitas y a la hora de comer les puedes poner canela en polvo o lo que más te guste.
¡Que tengas un finde estupendo!