Hasta que no llega el Puente de Diciembre,
en casa no tomamos conciencia de que las Navidades están cerca y que hay que ponerse las pilas, sobre todo, culinariamente hablando.
Así que desde hoy, mi blog se vestirá de Aires Navideños.
Y me ha pareceido una estupenda idea hacer estos deliciosos nidos, que sirven perfectamente como entrada, picoteo, o segundo plato, en tantas comidas que nos quedan por delante.
Y aunque los veáis tan monos, tan estupendos y tan apetecibles {una, que no tiene abuela} ni se os ocurra pensar que son complicados. Se tarda quince minutos en hacerlos, una vez montados, los metes en el horno, por lo que siempre viene genial cuando tienes tantas cosas a las que atender en esas comidas, con familiares y amigos por todas partes y tú con ganas de lucirte un poco en la cocina.
Y ahora vamos a hacerlos, vais a triunfar.
Necesitaremos: {para cuatro nidos}
CÓMO LOS HAREMOS:
En una sartén añadimos la leche y le incorporamos el contenido del sobre de Salsa de Pollo con Champiñones de Gallina Blanca {en un minuto está lista}.
La pechuga, la cocemos en abundante agua, con una poca sal y una hoja de laurel.
Desmechamos la pechuga y la incorporamos a nuestra salsa, junto a unas lonchas finas de manzana.
Removemos el conjunto y reservamos.
Pincelamos los moldes que vayamos a utilizar para hacer los nidos, en mi caso eran cuadrados, cada uno el que tenga a mano, redondos, moldes desechables...y colocamos la oblea, una por hueco.
Rellenamos cada nido con la farsa de nuestra salsa de champiñones {que por cierto lleva hasta trozos de champiñones y está riquísima}, pollo y manzana y terminamos añadiendo una loncha de manzana bien fina, como adorno final.
Llevamos al horno durante quince minutos a 180º, calor arriba y abajo, media altura.
Al sacarlos, los pincelamos con aceite de oliva para darles un aspecto más brillante, y listos para llevarlos a la mesa.
Y si queréis ver unas fantásticas ideas, para dejar a vuestros invitados encantados con los entrantes navideños, entrad AQUÍ ¿No os parecen una delicia? Le tengo echado el ojo a esos canapés enrollados, y no me los pienso perder.