Los ingredientes que vamos a necesitar son:
1 kg de harina de fuerza
1 cucharada colmada de sal
40 g de aove
600 ml de suero de leche
2 sobres de levadura panificable
1 sobre de levadura para repostería
10 g de hierbas aromáticas
La cucharada colmada de sal equivale a 22 gramos.
Si utilizamos el suero cuando aún está caliente nos ahorramos el tenerlo que calentar. Podemos sustituirlo por agua.
Vamos a coger unas ramitas de las diferentes hierbas aromáticas que tengo en el jardín como romero, tomillo, salvia y orégano.
Preparación:
Lavamos y secamos bien las ramitas de hierbas aromáticas. Las deshojamos y picamos muy bien.
En un vaso de un procesador de alimentos colocamos un tamiz o colador y tamizamos la harina. Añadimos la sal, el aceite de oliva virgen extra y 3/4 partes del suero de leche y mezclamos con el accesorio gancho.
Agregamos la levadura al suero restante y mezclamos con ayuda de una cuchara, esto hará que la levadura se hidrate. Vertemos la mezcla en vaso del procesador de alimentos y amasamos durante 10 minutos.
Transcurrido este tiempo, añadimos las hierbas aromáticas y amasamos durante 5 minutos más. La masa debe quedar lisa, homogénea y flexible. Tapamos con papel film y dejamos reposar durante 15 minutos.
Preparamos un recipiente grande para que la masa fermente. Vertemos unas gotitas de aceite de oliva virgen extra y lo extendemos con ayuda de una brocha o papel de cocina.
A continuación, quitamos el papel film, sacamos la masa del vaso del procesador de alimentos y colocamos la masa sobre una superficie de trabajo limpia y sin harina. Amasamos durante unos minutos más y terminamos por darle forma de bola. A mí, este paso me suele relajar mucho.
Metemos la masa en el recipiente que tenemos preparado. Engrasamos el papel film y tapamos la masa con él. Colocamos el bol en un lugar sin corrientes de aire y lo dejamos fermentar hasta que duplique su tamaño. Yo lo suelo colocar en el horno apagado, si estamos en primavera o verano.
Una vez que la masa haya duplicado su tamaño, la sacamos del horno. Colocamos dos bandejas de horno en él, yo suelo utilizar una profunda en la parte más baja y otra de rejilla en la parte media baja, que permitirá llenar la primera bandeja de agua con facilidad. Sobre esta última colocamos una Cocotte y precalentamos el horno a 220ºC con calor arriba y abajo.
Transcurridos unos minutos, sacamos la Cocotte del horno, la forramos con papel de hornear e introducimos la masa en ella. Con un cuchillo afilado, realizamos unos cortes en la masa haciendo el dibujo que queramos.
Vertemos agua caliente en la bandeja de horno inferior y colocamos la Cocotte en la bandeja superior. Cerramos el horno y horneamos durante 15 minutos. Transcurrido este tiempo, bajamos la temperatura a 200ºC y horneamos durante 35 minutos más.
Transcurrido este tiempo, sacamos la Cocotte del horno y la colocamos sobre una rejilla.
Pasados unos minutos, sacamos el pan colocándolo sobre la rejilla para que se termine de enfriar.
Presentación:
Soy una persona muy práctica, así que suelo colocar el pan sobre una tabla de cortar con un cuchillo de sierra y lo llevo directamente a la mesa.
Como puedes ver, se trata de un pan con una miga tierna y aromática, muy fácil de preparar y que es ideal para acompañarlo con un poco del queso que hemos elaborado a principios de la semana.
Bon appétit!