Ingredientes:
345 gr de harina de fuerza
140 gr de agua
70 gr de aceite de oliva
10 gr de levadura fresca (ó 3-4 de levadura liofilizada)
5 gr de sal
Opcional: C/S de mejorana o cualquier hierba aromática al gusto
Elaboración:
Haremos el pesaje de todos los ingredientes y ponemos la harina, la sal y la mejorana (lo de la mejorana es opcional y la cantidad es aproximadamente un par de gramos más o menos, eso ya lo véis mientras trabajáis la masa) y mezclamos. Añadimos la levadura disuelta en un vaso de agua tibia, mezclamos con la mano o una cuchara y añadimos el aceite. Trabajamos bien la masa en el bol hasta que sea manejable y pasamos a amasarla en la mesa unos 5-10 minutos. Boleamos y dejamos fermentar en el bol tapado con papel film, un trapo muy limpio o, como en mi caso, un gorro de ducha.
Cuando haya doblado su volumen, desgasificamos, dejamos que relaje la masa, boleamos y damos la forma deseada. Yo quería un pan grande como de pueblo, pero si queréis panes individuales, pesáis la pieza completa y el peso se divide por el número de porciones que os hacen falta (por ejemplo, este pan os debe pesar unos 570 gramos si queremos 10 piezas individuales, lo dividís y sale que cada panecillo individual le corresponde 57 gramos; lo boleáis y formáis). Colocamos la pieza (o piezas) en la bandeja del horno, taparemos con un paño limpio y dejaremos que fermente al menos una hora o hasta que doble su volumen. Encendemos y precalentamos el horno a 200º con un recipiente con agua para el pan se cueza en ambiente húmedo (es lo que forma la corteza).
Cuando el pan haya fermentado, le haremos unas incisiones para evitar que se deforme durante el horneado. Introduciremos en el horno, pulverizamos agua y vigilaremos 20 minutos el proceso. Si véis que se pone muy moreno por arriba antes de tiempo, le ponéis un papel albal para que no se queme por fuera y quede crudo por dentro. Cada horno es un mundo y el de mi horno está ultimamente muy revolucionado.
Pasado el tiempo, sacamos y dejamos enfriar en una rejilla o similar. Servir en la mesa, cortar y degustar.
Fuente: este post proviene de Mis Paradojas en la Cocina, donde puedes consultar el contenido original.
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