Los que leéis el blog a menudo ya sabéis que me encanta el pan y amasar a mano, no consigo realizar otra actividad que me relaje tanto como amasar y dar forma a las masas. Os animo a que si aún no hacéis pan en casa comencéis con esta receta, es muy sencilla.
Ingredientes:
500 g. de harina de fuerza
1 c.s. de sal
40 g. de azúcar
25 g. leche en polvo
20 g. de miel
1 huevo
250 g. de leche
50 g. de mantequilla
8 g. de levadura de panadería seca
Elaboración:
Colocar en un bol la harina, el huevo, la sal, la miel y la mantequilla en trozos.
Calentar la leche a una temperatura de 37ºC aproximadamente y separar unas tres cucharadas de esta para mezclar con la levadura, dejar reposar la levadura unos minutos.
Amasar los ingredientes con ayuda de una espátula o una batidora con amasadora. Ir añadiendo la leche poco a poco y la levadura casi al final.
Si hemos amasado a mano necesitaremos un poco de harina para ponernos en las manos y frotar enérgicamente hasta que se despeguen los restos de masa de nuestras manos.
Tapar la masa con un paño y dejarla reposar 30 min.
Pasado este tiempo volver a amasar, ahora notarás la masa mas firme, debes amasar hasta que quede lisa.
Corta la masa en trozos de 80 g. aproximadamente, te aconsejo que la cortes con un cuchillo, no la desgarres.
Dale forma alargada sin puntas y colócalas en una bandeja de horno. Hazle unos cortes con un cúter, tápalos con un paño de algodón y luego déjalos fermentar 90 minutos aproximadamente.
Una vez las piezas hayan doblado su volumen calentamos el horno a 250º C con unos recipientes con agua dentro del horno, yo suelo colocar dos cuencos de barro.
Pinta los panes con huevo batido y colócalos dentro del horno bajando la temperatura a 230º C durante 10 o 12 minutos aproximadamente.
Te recomiendo que vigiles el horno pues al pintarlos con huevo se doran con mayor rapidez.
Disfruta de este pan con un poco de mantequilla y mermelada, ¿hay un desayuno mejor?