¡Hola! Mientras nos vamos preparando para el Día de San Valentín, os traemos una de esas recetas que recuerdan a la infancia. Su olor, su sabor...te transportan a esas tardes cuando éramos pequeñitos y nos daban de merendar esos panecillos tan pequeños y blanditos que coronábamos con un buen trocito de chocolate por dentro.
Estos panecillos de leche son súper fáciles de elaborar. Si eres de los que te asustan las masas levadas, ésta es una buena forma de empezar a practicar. ¡Teniendo paciencia conseguirás que te salga a la primera!
Nosotras ya la hemos preparado varias veces y siempre vuelan! No duran ni dos días en nuestras casas y nos encanta acompañarlos con unas onzas de chocolate. Una merienda completita...¿eh? jajaja
INGREDIENTES (para unos 15 panecillos)
- 500 gr de harina de fuerza
- 15 gr de levadura seca de panadería o 25 gr de levadura fresca
- 1 huevo
- 250 ml de leche
- 50 gr de azúcar
- 70 gr de mantequilla ablandada cortada en cubitos
- 1 pizca de sal
- Huevo batido para pintar
ELABORACIÓN
1. En un bol ponemos la harina y la levadura seca y mezclamos. Si usáis levadura fresca, calentáis unos segundos la leche (a unos 35º), deshacemos en ella la levadura y la añadimos a la harina.
2. Agregamos el huevo, la leche si no la hemos echado antes con la levadura fresca, el azúcar y la pizca de sal, y mezclamos bien con una cuchara de madera.
3. Cuando todo esté integrado, añadimos la mantequilla y amasamos bien unos 10 minutos hasta que la masa esté elástica y lisa.
4. Formamos una bola con la masa, la ponemos en un bol ligeramente enharinado y tapamos con un paño limpio. Dejamos reposar a temperatura ambiente 1 hora y media o 2 horas, hasta que doble su volumen. El tiempo de levado dependerá de la temperatura que tengáis en la habitación, en verano leva sin problemas, pero en invierno podéis ponerla en una habitación donde haya un radiador y esté calentito.
5. Pasamos la masa a una mesa de trabajo con un poco de harina y con los dedos vamos aplastándola y la desgasificamos, es decir, vamos a sacarle todo el aire que ha cogido durante el levado.
6. Cortamos la masa en porciones iguales, de unos 55 gr cada una, boleamos la masa dándole forma de bolita y después con un rodillo extendemos cada bollito dándole forma rectangular. Hacemos unos cortes de unos 2 cm de largo en uno de los extremos y por el otro lado vamos enrollando la masa sobre sí misma, de modo que los cortes que hemos hecho queden en la parte superior y el extremo de los cortes lo ponemos hacia abajo de cada panecillo, pellizcándolo un poco con la masa para que se peguen y así no se abran durante el horneado.
7. Pasamos los panecillos a una bandeja con papel de horno y los pintamos con huevo batido. Dejamos reposar tapados con un paño, hasta que dupliquen su tamaño, unos 30 minutos aproximadamente.
8. Mientras tanto, precalentamos el horno a 180º y cuando estén listos los horneamos 10-12 minutos hasta que estén dorados. Sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla.