Estoy muy
Así pasa, que entre no parar, dormir poco y mal he pasado una semana larguísima. Y con la entrada por hacer, ay madre, mis obligaciones con el blog; que una se ha vuelto seria y responsable.
Ahora bien, pienso resarcirme y (previa siesta belladurmiéntica) mañana monto cena en casa con Silvia, Ana y Rober. Y Shinda si acaso. Tengo el kimchi de pepino en su punto y voy a hacer bulgogi, quizá también alguna sopa.
Y de postre, esto. Panna cotta de higos al romero.
Que tenía por ahí unos higos muy maduros y un brick de nata (crema de leche) abierto prematuramente en confusión con un brick de leche, con el consiguiente colacao-engendro-imbebible. Con parte de él hice helado de dulce de leche (casero también), y me quedaba otra buena parte.
Mi comodín para la nata (crema de leche) para montar es hacer pannacotta, ¿por qué? Pues porque es relativamente rápido, no mancha y te quedas con la gente que viene a tu casa. Y es un excelente postre de aprovechamiento.
Para darle caché, se me ocurrió hacer una infusión de romero, porque hay muchas especias que las clasificamos como "dulces" o "saladas", y a veces debemos saltarnos algunas normas. Ya probé un ganache de tomillo para unos macarons que estaba de muerte... ¿por qué no iba a suceder con el romero?
En principio este postre no es apto para vegetarianos por la gelatina, que tiene origen animal; sin embargo, puedes sustituirla por agar para hacerla vegeta.
Para 6 personas, hará falta:
- 450ml de nata (crema de leche) para montar (+ 35% m.g.)
- 300g de higos frescos
- 200ml de leche
- 6 hojas de gelatina neutra
- 4 cucharadas de azúcar
- 1 cucharada rasa de agujas de romero
Empieza poniendo a remojar las hojas de gelatina en agua fría, para que se hidraten.
Calienta la leche con la nata (crema de leche) en una cacerola a fuego bajo y, cuando empiece a hervir, incorpora el romero, tapa y aparta del fuego. Deja infusionando unos 10 minutos, sin molestarle mucho.
Mientras tanto, puedes pelar los higos (realmente no es necesario si la piel está limpia y es fina, pero hay gente que los pela).
Trascurrido el tiempo de infusión, cuela la mezcla y vuelve a poner en el fuego junto con el azúcar y los higos. Tritura con una batidora de mano para pasar bien la carne del higo; las semillitas quedarán sin inmutarse, crujientes y riquísimas ^^Cuando vuelva a empezar a hervir, vuelve a apartar del fuego y escurre las hojas de gelatina para añadirlas a la cacerola, disolviéndolas bien con unas varillas. Cuando estés seguro que la mezcla es homogénea, reparte entre 6 flaneras o ramequines su contenido.
Espera a que temple para poderlo meter en la nevera y deja como mínimo una noche para que tome consistencia.
Cuando lo vayas a desmoldar, aparte del truquito de pasar un filo por los bordes, puedes meter un instante el molde en agua caliente. Así la gelatina se vuelve líquida de nuevo y fluirá mejor para sacar la panna cotta del molde.