Reconozco que esta semana he tirado de pereza y al final el reto de Pilar lo he dejado para el final. Entre el turno de noche y las tontunas que estoy liando con la masa madre, lo he ido dejando... y no tengo perdón ninguno.
Y no será porque no lo hubiera pensado ya, o porque fuera una receta complicada, qué va. De las que un mono entrenado puede hacer. O Pepe Viyuela, sin sufrir ningún percance.
Además, súper apetecible con el calor, que aunque parece que este fin de semana nos ha dado tregua, promete con volver, así que no es tontería tener una alternativa refrescante al típico granizado de limón o al té frío, e igualmente sana, aunque 100% pervertible.
Se trata de un granizado de pepino que, junto con el poder de la hierbabuena y el jengibre te quitará la sed y te mantendrá bien hidratadito. Además, muy útil para engañar al hambre entre horas sin descuidar la alimentación, el pepino en su composición es prácticamente agua, por lo que sólo aporta 16 calorías por cada 100g; no por ello deja de sumar nutrientes: vitamina C y B, hierro, magnesio, calcio,... No hay que despreciar su poder diurético si tienes propensión a retener líquidos.
Está claro que tanto la hierbabuena como el jengibre le van a dar mucha vidilla a este granizado, con ese punto fresquito, cítrico y picante; pero puede subir de nivel si lo transformas en cóctel con un poco de sifón y un destilado. En mi caso tiré de pisco, un aguardiente de uva quebranta del que ya os he hablado alguna vez.
Recomendables ambas versiones, oh sí.
Para cuatro personas, te hará falta:- 1 pepino mediano
- El zumo de un limón
- 350 g de hielo
- 1 trozo de jengibre fresco pelado, del tamaño de la yema de un pulgar
- Un manojo de hierbabuena
- 3 o 4 cucharadas de azúcar
Opcional...
- Sifón
- Pisco o ron
En la Thermomix o en una batidora de vaso introduce todos los ingredientes: el pepino y el jengibre pelados, las hojas de hierbabuena limpias, el zumo sin pepitas del limón, hielo y el azúcar en función de lo dulce que lo quieras. Tritura hasta tener una bebida consistente por el efecto del hielo picado, y sobre todo asegúrate que no queda ningún trozo de jengibre grande por ahí.
Servir inmediatamente en copas o vasos fríos; para darle otro empaque a la bebida puedes incorporar un par de golpes de sifón y un chorrito de pisco o ron blanco. Será un mojito muy, muy diferente, pero igualmente refrescante.
Decora con un par de rodajas de pepino y hojas de hierbabuena.