Sí, ya sé que hace mucho tiempo que no me pasaba por aquí. Pero tengo excusa. No es que haya perdido el interés por hacer recetas dulces ni por compartirlas con vosotros. Los que me seguís por Instagram sabéis que estoy de obras en casa. Todo sea por mi cocina nueva. Menos la habitación de mi hija mayor, el resto de la casa la reformamos toda. Mi cocina va a ser el doble de grande, que aunque no lo creáis hago todas mis creaciones en una cocina muy pequeña. Una reforma integral pero sin los gemelos de los programas de Divinity que en 5 semanas te hacen la reforma jejeje. Como veis no estoy para hacer macarons ni pintar galletas, aunque me muero por volver a coger los pinceles !!!!!
Esta receta la hice hace semanas pero no había tenido tiempo, ni ganas, sinceramente, de sentarme al ordenador. No me gustan las obras, ni a mí ni a nadie, supongo. Pero estoy deseando ver el resultado final. Así me consuelo entre el caos que va a reinar en mi casa durante unos meses. Si no me prodigo mucho por el blog ya sabéis el por qué.
Bueno, pues a lo que vamos. La receta de hoy llevaba tiempo queriéndola hacer. He probado muchas Panna Cotta comerciales y “caseras” en restaurantes italianos pero la verdad que todas me sabían a poco, algo tipo flan gelatinoso pero insulso al paladar si no se le añade extras de caramelo, mermeladas, coulis o salsas de frutas, … Y yo había oído que era un postre italiano de lo más sabroso y delicioso. Así que me puse a investigar.
Literalmente Panna Cotta significa “nata (crema de leche) cocida”, en eso coinciden todas las recetas, su ingrediente principal es la nata (crema de leche), un poco de azúcar, algún aroma tipo vainilla o cítricos y básicamente la mayoría de las recetas aportan consistencia cociendo la nata (crema de leche) y añadiendo gelatina. Es un postre italiano de la región de Piamonte de origen incierto. Como en muchas regiones del mundo era una manera de aprovechar el excedente de nata (crema de leche). Se dice que se cuajaba con un poco de clara de huevo o cola de pescado (la primera gelatina conocida).
Alessandro Molinari Pradelli, escritor y periodista especializado en cultura, enología y gastronomía, asegura en su obra “800 Ribete Tradicional” que los nativos de la región conocida como ‘El corazón verde de Italia’, es decir, Umbría, fueron los creadores de esta genuina receta en un recóndito lugar cercano a las orillas del lago Trasmino.
Bueno, para el caso, yo he adaptado la receta de las hermanas Simili. Como dice El Comidista: Margherita y Valeria Simili, más conocidas como las hermanas Simili o sorelle Simili en italiano, son gemelas, panaderas y unas adorables ancianas que se han convertido en un verdadero fenómeno mediático en su país. Descendientes de una larga estirpe de panaderos y creadores de masas, su familia tenía una panadería y una tienda de pasta fresca. Dirigieron una de las escuelas de cocina más respetadas de Bolonia, y en los últimos años –gracias a esa mezcla de socarronería, coquetería y humor que caracteriza a las abuelas molonas– se han convertido en personajes mediáticos y muy queridos. Sus dos libros, editados en España por la editorial Libros con Miga con los títulos Pan y dulces italianos y Pasta fresca italiana. Ya sabéis, otro libro para mi colección.
Es una receta perfecta para dejar preparada de un día para otro. Se pueden utilizar claras frescas o pasteurizadas. Azúcar avainillado o vaina de vainilla, yo esta vez quería un aroma sutil y que no se vieran las motas de vainilla. Pero eso según más os guste. Si queréis innovar podéis poner a enfriar volteando un poco los vasitos, le da un toque de originalidad. Yo como veis los he llenado bastante. Esta receta admite caramelo, mermeladas, purés de frutos rojos o coulis.
Por cierto el blog ya ha tenido más de medio millón de visitas!!!!!! Yupiiiiiiiiiieeeeeee!!!!!! Gracias a todos los que lo hacéis posible. Un abrazo y un beso fuerte y a por la receta.
Pana Cotta tradicional con Coulis de frambuesa
INGREDIENTES (para 4 ó 5 raciones):
Panna Cotta
– 500 ml de nata (crema de leche) para montar 35,1 % de materia grasa
– 80 g de azúcar
– 10 g de azúcar avainillado
– 1 pizca de sal
– 5 claras (frescas o pasteurizadas)
Coulis de frambuesas
– Pincha aquí para hacerlo casero.
– Frambuesas para adornar y unas hojas de menta o de fresas
El procedimiento es muy sencillo, calentar la nata (crema de leche) con el azúcar, la pizca de sal y el azúcar avainillado hasta que se disuelvan por completo. Retirar de la fuente de calor justo cuando comience a hervir y dejar enfriar. En un bol batir ligeramente las claras para quitarles tensión, no hace falta que espumen en verdad y previo paso por el colador mezclar ambas preparaciones y verter sobre moldes tipo flanera o ramequines, yo utilizo vasos bajos de helado.
Calentar el horno a 130ºC y preparar una fuente con agua caliente para el baño María, que cubra 3/4 partes de los vasitos. Hornear durante 1 hora hasta que cuajen, el centro quizá quede un poco blandito o tembloroso como una cheesecake, no importa. Apagad el horno y dejar el horno entreabierto. Sacad la fuente con el baño y los vasitos y dejar que se enfríe por completo. Una vez fríos los vasitos refrigerar en nevera toda una noche. A la hora de servirla sacad un poquito antes de la nevera. Simplemente deliciosa y con muy pocos ingredientes.
Utilicé las hojitas de una fresa para adornar el conjunto.
Como colofón a una comida, o mejor aún, para una merienda deliciosa.
En el próximo post os contaré mis aventuras por Londres, temblad Bakeries y Food Halls voy para allá. Hace 13 años que no he vuelto y ahora tengo un aliciente repostero añadido.
SI TENÉIS ALGUNA DUDA, SI OS HA GUSTADO LA RECETA, DADLE AL ME GUSTA, COMPARTID O DEJAD UN COMENTARIO. GRACIAS POR LEER MI BLOG Y HASTA LA PRÓXIMA ENTRADA. PATRI.